Julio y agosto han sido, en general, buenos meses, pero la temporada empezó tarde y no ha sido uniforme. | ARCHIVO

La mayoría de sectores están satisfechos con el desarrollo de la temporada turística en Balears a pesar de que las cifras de facturación han quedado muy alejadas de los años prepandemia. Ha sido mejor que 2020, pero se espera que sea peor que 2022. La gran excepción son el comercio de moda y calzado y la automoción, mientras que la bonanza en la restauración va por zonas. Así lo explican los presidentes o gerentes de diferentes asociaciones sectoriales.

Bartomeu Servera, presidente de la Asociación de Distribuidores de Bebidas y Alimentos de Balears, asegura que la temporada ha sido sustancialmente mejor que la de 2020. “Los distribuidores vamos a remolque de restauradores y hoteleros. En general, la restauración se ha disparado. Entiendo que habrá habido alguna excepción, pero ha sido un año bueno. En cambio, en la hostelería hemos recuperado el 65% del trabajo que tuvimos en 2019. Ahora bien, hay que pensar que solo hemos trabajado con relativa normalidad durante dos meses, julio y agosto”, argumenta.

“Siempre y cuando septiembre y octubre no sean excepcionales, habremos trabajado en el conjunto del año un 50% de lo habitual. Las perspectivas para septiembre no eran buenas, pero desde que Alemania sacó a España de la lista de países de alto riesgo se ha notado un repunte en las reservas. Ahora estamos esperanzados ante la posibilidad de que septiembre sea bueno”, indica. Respecto a 2022, el presidente de los distribuidores se muestra prudente. “Debería ser normal, pero entran en juego tantos factores... Será determinante saber cómo llegan al verano los potenciales turistas desde el punto de vista económico”, señala.

El presidente de la Federación Empresarial Balear de Transportes, Rafel Roig, explica que el sector del transporte es diverso, aunque explica que en general no ha sido buena. “Ha trabajado entre un 30% y un 35% de la flota del transporte discrecional de viajeros. Además, la ocupación de los autobuses de 55 o más plazas ha sido como máximo del 50%. Las excursiones han descendido, en relación con la temporada 2019, en un 60%. Los minibuses de hasta 25 plazas han trabajado hasta el 60%. La flota de alquiler de vehículos con conductor VTC ha trabajado un 80%, mientras que la recuperación se ha quedado en el 60% en el transporte regular de viajeros. Los rent a car, debido a la disminución de flota, han tenido una buena temporada. Y en el sector del taxi, a partir de junio la demanda ha sido constante”, acaba señalando.

Toni Barceló, presidente de la Associació d’Habitatges de Lloguer Turístic de les Balears (Habtur), reconoce que la temporada ha sido buena. “No ha sido como el verano prepandemia, pero no se ha quedado muy lejos. Ha sido mucho mejor de lo esperado. La ocupación media en julio y agosto ha superado el 80%”, explica.

Barceló no se atreve a hacer predicciones. “Septiembre y octubre no pintan mal, pero es muy complicado hacer previsiones más allá de quince días. En todo caso, la idea es mantener abierto hasta finales de octubre, aunque es muy pronto para saber qué ocupación se conseguirá”, añade y asegura que espera un 2022 normal. “Esperamos que sea normal, aunque de momento el año que viene está lleno de grandes incertidumbres”, señala.

El presidente de la Asociación de Empresas Náuticas de Balears (AENIB), Jaume Vaquer, no duda en señalar que, al menos de momento, la pandemia no les ha perjudicado. “En líneas generales ha ido bien. Nuestro sector no ha salido perjudicado con la pandemia. Los precios se han mantenido y las ventas están estabilizadas. Es cierto que el pasado año bajaron las ventas, se produjo una parada en la producción y hemos tenido menos producto disponible. Nuestros stocks han bajado entre un 30% y un 40%”, indica.
En cambio, Vaquer recela de 2022. “Creo que la intención de compra por parte del consumidor no va a bajar, pero habrá dos factores que no nos ayudarán a mejorar las ventas: la falta de producto y el incremento de precios”, manifiesta.

Alfonso Robledo, presidente de Restauración, asegura que la temporada no ha sido uniforme. “La temporada ha sido excelente en algunas zonas, mientras que en otras no ha sido tan buena. En los lugares en los que predomina el turismo alemán no ha ido tan bien y en los pueblos de interior el verano ha sido flojo. En cambio, en diferentes zonas de costa ha ido muy bien. Podemos decir que la calidad ha salido reforzada. Los negocios de más calidad han trabajado mejor”, asegura.

Robledo destaca la importancia que han tenido en la temporada los turistas franceses. “Ha habido muchos turistas franceses. Y con dinero en el bolsillo. En todo caso, me gustaría dejar claro que hay muchos negocios que no viven del turismo y que en invierno necesitarán de los ERTE para subsistir”, explica.

Para la Asociación de Empresarios de Actividades Náuticas de Balears, la temporada ha sido “desigual”, indica Santiago Mayol, su presidente. “Para los chárters la actividad ha sido de un 60-70% en comparación con 2019. En cambio, para las golondrinas podemos decir que no ha ido del todo mal pero no ha ido como pensábamos, solo hemos tenido un 40-50% de la actividad de 2019. Los alemanes e ingleses, que eran nuestros principales clientes en las golondrinas, han disminuido un 90% y hemos tenido sobre todo polacos, franceses y españoles. Hemos notado mucho el cambio”, señala.

Mayol espera un repunte de alemanes para poder aguantar la actividad en septiembre y octubre y augura un 2022 con el 70-80% de la actividad de 2019. Asimismo, quiere añadir a la entrevista otro aspecto, la masificación. “Hay gente por todas partes: excursionistas en la montaña, barcos de particulares, en las playas... Y no son solo turistas. El Govern debe regularlo, que no es lo mismo que prohibir”, reivindica.

Andreu Vidal, Asociación Balear de Distribuidores de Automóviles (Aseda), no está satisfecho con la forma en la que el sector está saliendo de la pandemia. “Tenemos una tormenta perfecta. La COVID provocó el drástico descenso del consumo y en la fase de recuperación actual nos encontramos con la crisis de los semiconductores, que ha provocado que la producción de vehículos está prácticamente paralizada. De esta manera, hay muy poco stock. En el conjunto del año, de enero a agosto, la matriculación ha aumentado un 6%. Es un drama, pero las previsiones apuntan a que cuando acabe el año el incremento interanual se habrá esfumado”, indica.

Vidal confía en que el año que viene acaben los problemas de suministro: “Esperamos que en el segundo trimestre de 2022 se recupere la normalidad y desaparezcan los problemas con los semiconductores”.

El presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Balears (Proinba), Luis Martín, reconoce que construir viviendas asequibles para la gran mayoría de la población es complicado. “El problema principal es que el precio del suelo está disparado. Además, la tramitación necesaria para poder iniciar una promoción se diluye en el tiempo, con los consiguientes perjuicios. Cada vez hay menos suelo y el precio se encarece”, explica.

Martín, en todo caso, señala que sí hay un buen número de promociones en marcha. “Hay promociones, pero con precios muy altos. Son productos muy alejados del poder adquisitivo de la clase media. Los problemas de los jóvenes para acceder a una vivienda no se solventan, sino que continúan incrementándose. La solución es política. Hay que planificar a 20 o 30 años vista. Las Viviendas de Protección Oficial (VPO) que se están construyendo son un pequeño parche. La demanda es muy superior”, acaba señalando.

Xisco Mulet, presidente de la Asociación de Agencias de Viaje de Balears, ve el vaso medio lleno. “Hacemos una previsión de ventas para lo que queda de temporada de un 60% respecto a 2019 y somos optimistas ya que hace tan solo un mes creíamos que no llegaríamos ni al 50%. Venimos de unos meses muy malos en cuanto a viajes así que hablar de estos porcentajes nos da cierta tranquilidad y esperanza”, menciona.
Esperan que la temporada se alargue hasta noviembre si no haya ningún repunte en cuanto a la pandemia. Mientras que de cara a 2022 esperan a poder llegar como mínimo al 80% de los clientes de 2019.

Antoni Gayà es presidente de Afedeco, la Federación Patronal de Empresarios de Comercio de Balears. “El balance que hacemos no es positivo ya que la reactivación no ha sido la esperada. En términos absolutos parece que el año no ha ido mal del todo pero si analizamos la situación por sectores vemos cómo las ventas en textil, moda, hogar, etc. no han mejorado sus cifras sino que han empeorado. Otros como el bricolaje o material de jardinería han tenido unos resultados óptimos y la alimentación ha mejorado. Prevemos muchos cierres de comercio que han querido aguantar la temporada de verano pero al no llegar las ayudas prometidas, se ven abocadas al cierre. Respecto al comercio que se mantenga abierto, la previsión es recuperar los índices de 2019, que no fue del todo malo a pesar de que ya notábamos cierta desaceleración respecto a los dos años anteriores”.

Fernando Valentín, presidente de la Associació Balear de Serveis Immobiliaris (ABSI), considera que el sector de las inmobiliarias está al 90% de actividad en comparación con 2019. “La gente que no ha visto disminuida su capacidad económica ha seguido comprando la propiedad que necesitaba”, señala. La previsión de futuro próximo es de un buen ritmo de ventas y un repunte de los precios. En cuanto al alquiler, prevé precios a la baja.

Toni Masferrer, presidente de la Asociación Balear de Empresas de Alquiler de Vehículos (Baleval), reconoce que ha sido un buen año. “Ha venido más gente de la que pensábamos inicialmente y, además, de la que tiene por costumbre alquilar un vehículo. Ha sido un buen año. También ha habido menos coches en el mercado. En enero y febrero, que es cuando se hacen los pedidos de vehículos, había mucha incertidumbre y las empresas actuamos con prudencia, además que los bancos, en el momento de comprar coches, no estaban muy receptivos. Y han existido dificultades para comprar por la falta de componentes en la industria automovilística”, sentencia.

El presidente de Baleval no se atreve con un pronóstico respecto al futuro. “El 80% de las reservas se hacen con una semana de antelación. En principio, septiembre está aguantando bien, pero saber cómo será la segunda quincena u octubre es imposible”, señala.

Alfonso Rojo, presidente de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (PIMEEF), señala que le temporada ha sido “mejor de lo que esperábamos”. “En las Pitiües empezó todo muy tarde, a finales de junio, y ha ido en aumento hasta a mediados de agosto cuando casi se puso al nivel de 2019, pero hay que pensar que no estaba toda la oferta abierta. La falta del sector del ocio se ha suplido con otro público que también ha gastado y uno de los grandes beneficiados ha sido la restauración. Para septiembre tenemos muy buenas vibraciones y para octubre tenemos ilusión de poder seguir. Normalmente ya cerraban porque el personal estaba cansado tras seis meses, pero esta vez intentarán alargar si el mal tiempo no tira la ilusión por la borda”, indica.

Para 2022 solo se atreve a desear una temporada “lo más normal posible”, empezando en Semana Santa, conviviendo con el virus con vacunación y prevención y “con el ocio abierto”.

Eugenia Cusí, presidenta de la asociación de Restaurantes, Bares y Cafeterías (RBC), explica que la temporada comenzó tarde y que ha sido desigual. “El año ha estado marcado por las restricciones. Comenzamos a trabajar cuando se autorizó la apertura de interiores, puesto que solo el 15% de los locales tiene terraza. En julio y agosto se ha trabajado al 50%, quizás un poco más. Las zonas han tenido un comportamiento muy desigual. Los lugares destinados a un segmento medio-alto han ido mucho mejor. En cambio, el ticket medio de los locales para residentes ha retrocedido”, asegura.

Respecto al futuro inmediato, Cusí no es optimista. “En septiembre y octubre el tráfico aéreo será el 25% de un año normal. Las perspectivas no son buenas. Además, la subida de la electricidad ha incrementado las facturas de forma considerable”, indica.

Finalmente, la presidenta de RBC no duda que los ERTE se prolongarán. “Entiendo que, como ha adelantado la ministra, no habrá grandes dificultades para prolongar los ERTE. La disyuntiva es ERTE o ERE y concursos de acreedores”, explica.

Toni Fuster, presidente de Pimeco, considera que la temporada ha sido “agridulce”. “Junio y julio dieron esperanza porque se notó el turismo y subieron las ventas, sin llegar a 2019. Pero en agosto, sobre todo en textil, moda, complementos y calzado, hubo un retroceso, incluso las ventas estuvieron por debajo de las del año pasado. Estamos intentando averiguar por qué”, señala. Considera que alargar la temporada hasta noviembre es “complicadísimo”. Explica que 2022 es una incógnita y que la pandemia les ha enseñado a trabajar sin previsiones, remarcando la necesidad de reprender el turismo de cruceros que pueda gastar en los comercios.

Maria Garcia, secretaria general de PIME Menorca, considera que la temporada ha sido mejor de lo esperado. “Julio y agosto han superado las expectativas, pero en mayo y junio casi no hubo actividad. Para septiembre hay expectativas, esperemos que pueda ir bien. Las zonas que tradicionalmente tienen más turismo británico han tenido menos actividad, en cambio el turismo nacional se ha alojado en viviendas vacacionales y apartamentos y se han repartido más las rentas turísticas”, señala, afirmando que poder trabajar de mayo a octubre sería una gran noticia. En 2022 espera que la temporada empice antes y habrá que comprobar si el turista nacional que ha venido este año repite o regresa a destinos internacionales.

Antoni M. Fuster, gerente de la Unión Balear de Entidades Sanitarias (UBES), indica que el sector sanitario de titularidad privada está en fase de recuperación. “La actividad va mejor que en 2020. Se están recuperando la actividad sanitaria ordinaria y la medicina turística. Tenemos dificultades para encontrar personal, debido a las necesidades tan grandes que genera la pandemia, pero aun así hemos prestado los servicios de forma óptima”, indica.

Antoni Garí, presidente de la Associació de Fabricants de Materials de Construcció, está satisfecho. “Estamos contentos con el trabajo, que es superior a 2019, aunque han subido las materias primas y en algunas además tenemos problemas de suministro. Somos optimistas porque los fondos europeos ayudarán a implantar la eficiencia energética, pero estamos preocupados por el poco apoyo de la administración a las pymes en términos de innovación. Pedimos que se trate a la construcción como un sector estratégico”, concluye.