El presidente de ABINI Hans Lenz asegura que la rehabilitación de viviendas debe ser parte de la solución.

El presidente de ABINI Hans Lenz se muestra preocupado por la falta de vivienda asequible para los residentes, está convencido de que la limitación de la venta a extranjeros no aliviaría la situación y critica el exceso de normativa existente.

¿Qué es ABINI y cuáles son sus principales objetivos?
ABINI son las siglas de Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional. Agrupa a un buen número de inmobiliarias de la isla que han de tener, entre otras características, cuatro años de trayectoria y, como mínimo, una oficina física. En general, muchas de las inmobiliarias que pertenecen a la asociación trabajan con clientes internacionales. Hace ya unos cinco años detectamos la necesidad de trabajar en común, afinar criterios, defender los derechos de nuestros clientes, de nuestros trabajadores… Y nos pusimos a trabajar conjuntamente con las asociaciones inmobiliarias existentes para tener un punto de vista conjunto ante la administración pública. El Govern decidió regular nuestra actividad y nos dio así el empujón definitivo para ponernos a trabajar. Hoy, ya está en la última fase el decreto de agencias inmobiliarias.

Muchas de las agencias de ABINI están orientadas hacia el cliente internacional y el producto de lujo, pero la asociación muestra su preocupación por los problemas de acceso a la vivienda de los ciudadanos de Balears.
Sufrimos esos problemas en nuestras propias carnes, en nuestra familia. Ya tenemos un gran problema, que será una catástrofe en unos años. Nuestro compromiso es buscar soluciones.

¿Tiene solución?
Sí. Sin duda.

¿Cuál?
No hay una receta mágica, sino que es una cuestión compleja que necesita diferentes tipos de acciones. Es evidente que tenemos un problema demográfico. En los últimos 20 años hemos tenido el mayor aumento de población de España con un 44% y además hasta 2037 el Instituto Nacional de Estadística vaticina 300.000 residentes más. Mientras que los planes urbanísticos han ido en la dirección totalmente contraria y ahora sentimos que nos ahogamos. Falta vivienda para los residentes, para los colectivos que se desaplazan por trabajo e incluso la administración va a colapsar si no ponemos remedio urgentemente. En los años 80 construíamos en Balears 19.000 viviendas al año, pero en 2010-2020 estábamos solo entre 2.000-3.400 al año. La proyección de aumento de población requiere de unas 7.000 nuevas viviendas al año cuando apenas producimos la mitad. El problema estructural de vivienda es grave y de nada sirve limitar la compra a no residentes para arreglar este tema.

Y debe compatibilizarse con el respeto al medio ambiente y un crecimiento urbanístico razonable.
Evidentemente. Es posible. El urbanismo expansivo que padecimos en Balears años atrás no es una solución eficiente y moderna. La solución pasa por igualar alturas y ampliar densidades. Además, es necesario regular los diferentes tipos de viviendas. Hacen falta residencias de estudiantes, senior living… Hay demasiado suelo secuestrado en planeamientos urbanísticos que nunca terminan de tramitarse. Además, no hay que que enfocarse en medidas que no van a aportar ninguna solución y que están atentando contra legislaciones de ámbito superior.

Entiendo que se refiere a la posibilidad de limitar la compra a extranjeros.
La limitación de venta a extranjeros no residentes tiene una viabilidad jurídica muy discutible. Hay muchísimos informes en contra. En todo caso, lo más importante es que no solventaría el problema de la falta de vivienda. Consideramos también que las limitaciones del precio del alquiler, así como quieren llevarse a cabo, no tendrían el efecto deseado. No funciona.

¿Favorecer la rehabilitación sí debe ser parte de la solución, no?
Sí, sin duda. Hay mucho que hacer en este sentido. Desde el Colegio de Arquitectos se planteó la posibilidad de subdividir una vivienda grandes por varias de más pequeñas. Nos parece lógico. Además, debería facilitarse también el cambio de uso para edificios o suelos que no están cumpliendo con su función y que podrían destinarse a vivienda.

Otra cuestión que debe solventarse es el alto número de viviendas vacías.
Es cierto que hay viviendas que no están en el mercado de alquiler por miedo de los propietarios. El primer paso debe ser hacer un censo para saber exactamente cuántas hay. Es necesario que las viviendas se utilicen. Es imprescindible que tengamos un Observatorio de la Vivienda, independiente y alejado de cualquier influencia política. Es esencial conocer la realidad con detalle para tomar las decisiones adecuadas.

En Palma se limitó el alquiler vacacional, entre otras razones, para que aumentara el parque de viviendas.
Los precios del alquiler, pese a las restricciones, han continuado subiendo. Y hay que ser justos y señalar que probablemente hubieran subido más. También es obvio que el problema no se ha solucionado.

La tramitación de licencias se eterniza.
La media en Balears es de 16 meses. Hay ayuntamientos que están muy por encima.

¿El mercado de lujo también sufre? ¿Alemanes y británicos son el principal cliente?
Balears es cara. También para el comprador de vivienda de lujo. Es uno de los lugares más caros de Europa para comprar una segunda residencia. En Menorca predominan los franceses. La recuperación de los británicos no ha llegado de momento. En Mallorca predominan los alemanes y después, los británicos. En Eivissa dominan los holandeses, por delante de los peninsulares.