Alejandro Sancho, minutos antes de la entrevista con El Económico.

Alejandro Sancho Ferrer (Eivissa, 1977) ha sido reelegido presidente de la entidad Fomento de Turismo de Ibiza, que este año celebra sus 90 años de existencia y roza los 400 asociados.

Segundo mandato seguido al frente de Fomento de Turismo de Ibiza. ¿Qué objetivos se ha marcado para esta nueva etapa?
Seguiremos la línea de los últimos cuatro años, que tan bien nos ha funcionado. Así, seguiremos trabajando en línea con cada club de producto, que es lo que ha dado hasta ahora el éxito a las diferentes marcas que componen el destino turístico de Eivissa porque al final todo esto implica un mayor renombre de la marca Ibiza en su conjunto como destino turístico. Afronto estos cuatro años con responsabilidad y grandes objetivos. Apoyaremos a la AETIB en su recogida de datos porque son muy relevantes para poder predecir los comportamientos del futuro y poder gestionar mejor los recursos del propio destino turístico.

¿Qué es un club de producto, por qué se crean y cuántos tiene Fomento en la actualidad?
Son empresas que se organizan en torno a una actividad turística en concreto para segmentar las diferentes actividades o vertientes que ofrece la marca Ibiza. El primer club de producto que se crea es Ibiza Convention Bureau, enfocado al turismo de eventos y congresos y alrededor del cual se organizan hoteles, restauración, eventos y todo el tema de negocios. Todo esto requiere perfiles profesionales muy específicos para promocionar el propio producto y el propio destino; todo tiene que ir en consonancia. Es preciso destacar que el hecho de organizarse con un club de producto profesionaliza mucho más la marca y todas sus vertientes. Más adelante nació Ibiza Luxury Destination, que es lo más exclusivo que hay en Ibiza en hotelería, restauración, servicios, productos de lujo y de consumo, van a ferias muy específicas. También existe Ibiza Health & Beauty, más enfocado a la salud y el bienestar y que organiza con éxito retiros y eventos. También Ibiza Enjoy Activities, que es para empresas más pequeñitas que dan a conocer Eivissa de una forma diferente en torno al mar o en su interior, por ejemplo. Otro club de producto destacado es Eating in Ibiza, que engloba la gastronomía de vanguardia y de primer nivel.

Fomento de Turismo cumple 90 años de vida. ¿Cómo se creó y por qué?
Se fundó en 1933 por Alejandro Llobet, Joan Villangómez, Bartolomé Rosselló, César Puget y Mr. Rossi, que fueron los primeros emprendedores, los más avanzados e inquietos de la isla porque vieron que Eivissa necesitaba una promoción turística para atraer visitantes. Nacen los primeros hoteles en 1933 (Buenavista en Santa Eulària des Riu, Portmany en Sant Antoni y Gran Hotel Montesol en Eivissa ciudad) y empieza a evolucionar todo, y a partir de aquí se organiza Fomento. Luego se suspende la actividad durante la Guerra Civil y se reanuda todo con la apertura del aeropuerto en 1958, que en sí relanzó el turismo y fue cuando llegó el boom turístico; los números crecen cuando la conectividad existe.
Sin duda fueron unos visionarios que acertaron en que Eivissa tenía un prometedor futuro turístico.
Sí, lo fueron. Vieron que el destino turístico tenía futuro y que tenía evolución y apostar por él. Ahora hay que seguir cuidando el destino y la marca y hacerlo sostenible y esto pasa por extender la temporada y que la gente pueda vivir del turismo durante prácticamente todo el año o, por lo menos, nueve o diez meses. Es un reto que tenemos pendiente; tenemos conseguidos los siete meses y hay que dar el siguiente paso hasta llegar a los ocho, nueve y diez y será mucho más sostenible porque se podrá trabajar con más más regularidad.

¿Cuánto se ha tardado en consolidar los siete meses de temporada?
Eivissa ha sufrido una involución porque cuando empezó la actividad turística se hablaban de temporadas con poca conectividad e iban de febrero a noviembre; esto se ha ido perdiendo a lo largo de los años porque han ido surgiendo muchos más destinos turísticos, con condiciones económicas seguramente mejores en muchos meses en comparación con Eivissa. La competivividad crea esto. Al final te das cuenta que hay que tener una sostenibilidad en el tiempo y tener una temporada más en el medio y largo plazo y hay que seguir trabajando en este sentido, en buscar los ocho o diez meses de temporada.

¿Cómo se pueden conseguir estas temporadas de ocho o diez meses?
Sobre todo con compromiso y, evidentemente, tiene que venir por parte de todos. Las administraciones tienen que generar un interés en estas temporadas; hemos pedido muchos años que se eliminaran tasas en temporada baja. No podemos estar diciendo que queremos una temporada de ocho o nueve meses y que las playas no estén listas el 1 de abril y no tenemos concesiones hasta junio; estamos yendo hacia atrás. Esto hay que tenerlo muy en cuenta. Si buscamos los ocho meses tenemos que estar preparados en este sentido los ocho meses y esto requiere el compromiso de todas las partes porque si existe el compromiso, el destino turístico lo tiene todo.

¿Qué momento turístico está viviendo el destino Ibiza?
Muy bueno. Tenemos un destino turístico que es envidiable porque no es solo conocido por dos o tres factores muy relevantes sino que es conocido a nivel mundial por muchísimos factores. Tiene que seguir así; es un destino muy diverso y muy completo porque se encuentran desde los grandes eventos deportivos hasta turismo de negocios, de bienestar y salud y de ocio, que ha sido y sigue siendo mundialmente conocido. También nuestras playas y entorno marítimo envidiable, que hay que seguir cuidándolo mucho porque es fundamental para nosotros y la gastronomía que ha pegado un gran avance en los últimos diez años y es reconocida a nivel internacional. Al final regresas a un destino por las experiencias que te ofrece y dar a conocer todas las vertientes de Ibiza es fundamental. Y luego que tenemos todo, desde el segmento más exclusivo al que quiere venir con un precio más estándar o al que quiere venir con su familia o más a un entorno de pareja.

¿Qué problemas presenta Ibiza como destino turístico, qué se debe mejorar?
Hay que mejorar muchísimas cosas. El otro día destacábamos que Eivissa sólo ha tenido cuatro banderas azules, que es verdad que siguen unos estándares y requerimientos, pero no se puede permitir una isla con el litoral que tiene Eivissa solo cuatro banderas azules; hay que estar a la altura de lo que requiere el destino turístico. Las playas de la isla son uno de los mayores reclamos y hay que cuidarlas y potenciarlas. Puntos de mejora hay muchos, desde las conexiones, transporte y movilidad dentro de la isla, gestión del destino turístico en cuanto a limpieza, seguridad... hay muchos aspectos a mejorar. Pero lo que más destaca y lo que nos ha llevado al punto en el que estamos es el intrusismo de todo tipo: en el transporte, náutico, servicios, alojamiento... en todos los sectores. El intrusismo ha ido a la par del éxito del propio destino turístico y de su marca y todo esto hay que abordarlo porque no genera riqueza en la isla, no tributa en la isla. Hay que erradicarlo y seguramente habrá que cambiar leyes; tienen que estar en consonancia el gobierno insular, con el autonómico y estatal para que se pueda intervenir porque esto es uno de los grandes males para Ibiza como destino turístico.

¿Cómo se puede combatir?
Hay que legislar. Hasta ahora ha habido muchas soluciones, han aumentado los recursos, se ha hecho un trabajo importante desde la administración y el sector privado también lo ha entendido y no se involucra con empresas que no son legales y que no tributan aquí, pero está tan extendido y hay tanta impunidad que hay que intentar legislar para que se pueda intervenir y acabar con esta lacra.

¿Cómo está siendo la presente temporada turística?
Está siendo bastante buena. Habrá que ver a final de verano si es muy buena, excelente o ha sido buena porque, evidentemente, las ocupaciones de temporada alta siempre son importantes; septiembre y octubre también son muy relevantes y luego puede haber diferencias. Hay temporadas muy buenas en cuanto a ocupación, pero no tanto en rentabilidad y a la inversa, con menor ocupación, pero sí rentabilidad. Por ejemplo, el año pasado fue buena en cuanto a ocupación, espectacular, pero de todos es sabido que se dispararon los costes y la inflación y hubo muchos factores externos y se desvirtuó un poco la rentabilidad. Evidentemente, la temporada 2023 va camino de ser buena o muy buena y ya veremos si llega a excelente. En 2022 hubo una demanda altísima, pero a final de año vimos que no había tanta rentabilidad.

¿Sigue el destino bajo el efecto catch up poscovid?
Esta temporada ya hay muchos más destinos competidores en marcha; en 2022 había muchos destinos que aún no estaban en su pleno rendimiento como este año. Cuando entran todos los jugadores, hay más competitividad y vemos un poco la realidad. Lo cierto es que ya estábamos en los años precovid muy por encima de la media nacional y esto tiene que seguir así en el futuro y hay que seguir potenciando y mejorar los puntos débiles que tenemos con el compromiso de todos.

El último informe de CAEB pone de manifiesto que las Pitiüses siguen liderando el crecimiento económico con un crecimiento del PIB del 7,1% en el primer trimestre. ¿Esto se debe al carácter innovador y emprendedor del empresariado pitiuso?
Sí, sin duda. Quiero resaltar una cosa que quizá puede servir de ejemplo y es que hace 20 o 25 años la gente decía que la música se estrenaba en Ibiza, que servíamos de laboratorio y luego se lanzaba a nivel mundial y esto sigue siendo así en la gran mayoría de vertientes. Seguimos siendo el destino turístico que marca el ritmo. Marcamos tendencia en muchos productos, ya sean gastronómicos, como hoteleros de servicios e incluso el propio ocio ha evolucionado con éxito hacia más el día que la noche. Ibiza marca tendencia y, al estar marcando el paso, estamos por delante económicamente.

¿Cuál podría decir que es la principal meta u objetivo a cumplir de Ibiza a medio y largo plazo?
Erradicar toda la oferta ilegal. Muchos de los problemas que tiene la isla se solucionarían si se erradicara la oferta ilegal en todas sus vertientes y, una vez eliminada, cambiarían muchas cosas. También la sostenibilidad del propio destino, que no sólo pasa por la implicación de las empresas para reducir plásticos, por ejemplo, sino también por buscar una temporada de más meses en la que se pueda repartir la actividad.