Sede de la Embajada de España en Venezuela. | Efe

El vocal de la Junta Electoral Central (JEC) Carlos Vidal ha admitido este viernes que algunos votos de españoles residentes en el extranjero para las elecciones generales del 23 de julio pueden «perderse por el camino» en función del país y la distancia con España, como ha ocurrido en anteriores ocasiones.

No obstante, ha querido remarcar que los que podrían no llegar a tiempo son, en todo caso, «menos que antes». Vidal, que es catedrático de Derecho Constitucional en la UNED y fue nombrado vocal de la JEC a propuesta del PP, ha explicado que no es lo mismo, por ejemplo, el consulado español en Indonesia que el de Zúrich (Suiza), y que hay lugares desde donde los votos «pueden tardar más tiempo en llegar» o incluso «haber votos que no lleguen».

«Ocurre, aunque no debería ocurrir, pero ocurre. Se sigue perdiendo alguno por el camino, aunque sean menos que antes», ha asegurado en declaraciones a Onda Cero, recogidas por Europa Press. El vocal de la JEC ha recordado que el conocido como voto 'CERA' lo reparte Correos una vez que llega a España y a partir de este viernes, son las juntas provinciales las que comprueban «una a una» estas documentaciones electorales.

A diferencia de en procesos electorales anteriores cuando el escrutinio general (ya con el voto CERA) se iniciaba el miércoles posterior al día de las votaciones, en esta ocasión se ha optado por empezarlo el viernes siguiente precisamente para garantizar la llegada de todas las papeletas procedentes del exterior, dado que se prevé un aumento de la participación al ser estas las primeras generales en las que los emigrantes no tienen que rogar el voto, al haberse derogado recientemente la reforma aprobada en 2011.

Vidal ha indicado que en estas elecciones la participación de los inscritos en el CERA puede estar en torno al 10 %, pero ha dejado claro que es el Ministerio de Asuntos Exteriores quien tiene ese dato antes que la juntas provinciales y, a su juicio, «debería hacerlo público».

En este sentido, ha demandado «un poco de transparencia para poder controlar el sistema» y saber «qué número de votos pueden perderse por el camino, aunque sea menos que antes», ha insistido. Para estas generales había un total de 2.325.310 emigrantes llamados a la urnas. El recuento de todos estos sufragios ha arrancado este viernes y puede alterar las mayorías que se conocieron el domingo, al estar hasta nueve escaños en juego.