El mismo día en que se supo que la,    hasta hoy jueves 17 de agosto,    presidenta del    Congreso, Meritxell Batet, se «descartaba» para optar al cargo, Francina Armengol acudía a recoger credencial de diputada. En Madrid, sobre todo en el Congreso,    es poco frecuente que diputados y diputadas del partido del Gobierno    (y el PSOE todavía gobierna) se paren a hablar con periodistas si previamente no se ha pactado lo que se llama ‘canutazo’. Armengol se paro, le preguntaron que cuáles eran sus planes, que cómo veía la situación (preguntas típicas de agosto) y    como la noticia era que Batet «se descartaba» (aunque el descarte lo forzó Pedro Sánchez), una periodista preguntó si también ella «se descartaba». Armengol rió , con este estilo que ya es algo conocido en la capital institucional de España, y dijo que su prioridad era Balears. Y que no estaba en su cabeza ni presidir el Congreso ni, como también le preguntaron, ser ministra. Y es posible (pero eso todavía no lo ha contado públicamente) que aquel día eso no estuviera en su cabeza. Pero sí    parece que estaba en la del secretario general del partido.     

Ahora puede resultar exagerado imaginar que ya estuviera, incluso, cuando después del 28 de mayo le pidió que encabezara la candidatura por las Islas. Sea como sea, Armengol está ya en otra dimensión. Poco a poco han ido calando algunas cuestiones sobre el modelo de partido que los socialistas de las Islas han ido aprobando en sus conferencias políticas. Entre otras la apuesta federal, la descentralización y el modo de tratar con otros partidos de izquierda. La mayoría de líderes autonómicos estaban en contra. Sólo tenía el concurso de vascos y catalanes. Pero ahora son esas recetas las que necesita aplicar Sánchez si quiere ser presidente. Armengol no es independentista pero sabe que hay que contar con los independentistas.      Después de un rodaje de ocho años en Balears, Armengol está en el núcleo donde se toman de verdad las decisiones. En las próxima semanas, si hoy resulta elegida, todo eso podrá ir concretándose. La socialista balear, heredera del grupo Socialismo y Autonomía de Joan March, ha dado el salto a la política estatal. Y con ella el proyecto de partido que define al socialismo balear.