Las nuevas tecnologías forman parte de nuestro día a día y eso es algo innegable. Algunas personas se adaptan más fácilmente a las novedades que llegan constantemente a la sociedad, otras, en cambio, no consiguen procesar todo lo que implican estos cambios.

En general, las personas mayores suelen tener más dificultades a la hora de interactuar con las nuevas tecnologías o la inteligencia artificial, la brecha digital que hay entre las generaciones más avanzadas de edad y los avances tecnológicos hacen mella en la sociedad hasta tal punto que algunas de estas personas prefieren no tener nada que ver con lo tecnológico.

En las imágenes recabadas por Amanda, dos hombres de avanzada edad se convierten en los «conejillos de indias» de una de las últimas aportaciones de la tecnología que de nuevo se adhiere a la sociedad; los vehículos sin conductor. La mujer pide un coche, como si fuera un taxi, con la diferencia de el chófer es el propio vehículo. Los dos ancianos se suben al coche esperando encontrarse con su conductor en el interior, pero para su sorpresa éste es inexistente, «¿Dónde está el chófer?», preguntó uno de ellos.

«¿Amanda, tú te fías de esto?», preguntó preocupado uno de los hombres con una voz temblorosa y asustada, mientras ella se reía. Conforme va transcurriendo el trayecto los hombres se ven más cómodos en sus asientos, observando el funcionamiento del vehículo y comentándolo mientras tanto, «vaya, conduce mejor que muchas personas», comentó uno de los mayores.