Al menos 70 personas han muerto y 65 han resultado heridas a causa del atentado suicida perpetrado ayer en un recinto en el que se estaba jugando un partido de voleibol en una aldea próxima a la localidad de Lakki Marwat (noroeste de Pakistán), mientras que en la región tribal de Bajaur, también en el noroeste, fallecieron seis civiles, incluido un niño, por la explosión de una bomba colocada por milicianos talibán.

Entretanto, los habitantes de la ciudad de Karachi (sureste) realizaron una huelga como protesta por el incremento de la violencia.
Balance
La cadena de televisión Express 24/7, que comunicó el último balance de víctimas del atentado de la aldea de Shah Hassanjel, añadió que 20 casas quedaron destruidas por la explosión de un coche bomba. El jefe de la Policía local, Ayub Jan, indicó que el autor del atentado accedió al terreno de juego al volante de un todoterreno y se suicidó con explosivos. El policía añadió que, al parecer, un segundo vehículo huyó del lugar. «Creemos que puede ser utilizado para perpetrar un ataque en otro sitio», explicó.

El objetivo fueron unos hombres jóvenes que jugaban al voleibol ante la presencia de numerosos espectadores (incluidos ancianos y niños), según las autoridades. Aunque los ataques en eventos deportivos son muy inusuales, los milicianos han comenzado a atentar en zonas muy concurridas, como mercados, para causar el mayor número de víctimas y generar pánico.

Además, los milicianos talibán, vinculados a Al Qaeda, controlan varios enclaves en la zona y, según fuentes oficiales, los habitantes de Shah Hassanjel están en contra de esos milicianos, por lo que habían formado una milicia armada contra los talibán, un fenómeno que comenzó en Pakistán el año pasado.

Tanto el presidente, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Raza Gilani, condenaron firmemente en sendos comunicados el atentado de Lakki Marwat, según la agencia de noticias paquistaní APP.