Los sindicatos lusos afirmaron que la de ayer fue «la mayor huelga general» de la historia de Portugal, por su elevado seguimiento, y constituyó un claro rechazo de los trabajadores a las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno.
En declaraciones a los periodistas, Joao Proenca, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), resaltó el carácter histórico del paro y se mostró satisfecho por su impacto, especialmente significativo en el sector de los transportes y los servicios públicos.
También el secretario general del otro gran sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP), Manuel Carvalho da Silva, manifestó su satisfacción por el seguimiento de la huelga en otra intervención ante la prensa. «Esta es una gran huelga general, sostenida en una fuerte identificación con los objetivos del paro tanto por parte de los trabajadores como del resto de la población», defendió.
La convocatoria consiguió paralizar el transporte y numerosos servicios públicos en el país y registrar una alta incidencia en las grandes empresas y fábricas. Según las informaciones de los sindicatos y los medios de comunicación lusos, en ambos sectores, la Administración y los transportes, con el espacio aéreo prácticamente cerrado, la huelga contra la política económica del primer ministro, José Sócrates, tuvo un seguimiento mayoritario.
«Civismo y respeto»
El Gobierno sólo aventuró una cifra en el sector sanitario, donde calculó la incidencia de la huelga en un 40%. Al facilitar ese dato, en declaraciones a la prensa lusa, el secretario de Estado de la Administración Pública, Goncalo Castilho, pidió «civismo y respeto» durante la protesta, de la que sólo se informó de enfrentamientos entre la policía y piquetes en una oficina de correos de Lisboa y una estación de tren. Castilho aventuró que la incidencia de la huelga no sería mayor que en otras ocasiones, pese a que esta es la primera en 22 años que han organizado juntos los dos mayores sindicatos lusos.
Aunque los medios de comunicación, el comercio y las oficinas y empresas de servicios del país seguían funcionando, muchos trabajadores no pudieron ir a trabajar.