Silvio Berlusconi, en un expresivo gesto durante la sesión de debate desarrollada ayer en el Senado italiano. | ALESSANDRO BIANCHI

La incertidumbre política marcó ayer las que pueden ser las últimas horas del Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien hoy se somete a dos mociones de censura y una de confianza ante las que todas las posibilidades quedan abiertas.

En un intento de tender una última mano a los grupos moderados y, sobre todo, a los seguidores de su ex aliado Gianfranco Fini, Berlusconi ofreció ayer un último pacto para permitir al Ejecutivo terminar la legislatura en 2013.

Exactamente con el mismo discurso, el primer ministro compareció en el Senado, donde hoy se someterá a una cuestión de confianza, y por la tarde cerró la jornada en la Cámara de los Diputados, donde deberá también este martes afrontar dos mociones de censura.

El mandatario ofreció un nuevo pacto de legislatura, abierto a todas aquellas fuerzas políticas italianas que se reconozcan en el seno del Partido Popular Europeo (PPE), en especial al grupo Futuro y Libertad para Italia (FLI), escindido de su partido tras la expulsión del cofundador, Fini.

«Es mi responsabilidad no dejar de lado ninguna posibilidad de diálogo con la oposición y es mi responsabilidad recomponer la unidad y la alianza de todas las fuerzas moderadas que estuvieron en el origen de nuestro compromiso», dijo Berlusconi. Pero su actitud conciliadora no encontró respuesta en ninguno de los partidos de la oposición.

Por ello, los movimientos entre los partidos políticos se sucedieron en los pasillos y salas del Parlamento, donde lo que queda por saber es si el Gobierno conseguirá alcanzar la mayoría en la cámara baja, dado que en el Senado no está comprometida.

La clave la tiene FLI

La clave la tiene FLI, sobre todo algunos diputados que no están de acuerdo con la decisión de Fini de derrocar al Ejecutivo y que han intentado hasta propiciar un acuerdo.

Por la tarde, FLI ofreció a Berlusconi la posibilidad de dimitir tras obtener hoy la confianza en el Senado (donde se celebrará la primera votación) y así evitar las mociones de censura. A cambio, los «finianos» se abstendrían en la cámara alta.

Pero fuentes del partido de Berlusconi respondieron inmediatamente con un «no» al pacto de FLI, que rechaza las elecciones anticipadas y apuesta por la dimisión del primer ministro.