Miles de egipcios repitieron ayer en la plaza Tahrir las protestas que protagonizan desde hace una semana, en un acto que se desarrolló sin incidentes a pesar de que la Policía volvió a las calles después de estar ausente por tres días. Por primera vez desde que hace casi una semana comenzaron las protestas, el Ejército anunció públicamente que «nunca han utilizado ni van a utilizar la fuerza contra el pueblo egipcio» y calificaron de «legítimas» las demandas de los manifestantes.
En un comunicado difundido por la televisión pública, las Fuerzas Armadas afirmaron que la presencia de soldados en las calles es «para garantizar la seguridad del pueblo egipcio» y enfatizaron que «la libertad de expresión de manera pacífica es aceptable». Se temía que, al volver de nuevo a las calles la policía, se desataran de nuevo estas escenas de violencia, en las que han muerto más de cien personas y miles más han resultado heridas, pero las nuevas órdenes recibidas por los agentes eran evitar al máximo esa violencia. Como parte de esas disposiciones, la plaza Tahrir, epicentro de las manifestaciones, quedó bajo el control del Ejército, cuyo papel ha sido acogido con muestras de respaldo por la población.
Normalidad
La normalidad que se vivía ayer en las calles de El Cairo se correspondía con la normalización institucional que representó la toma de posesión de los nuevos ministros, dos días después de que fuera reemplazado el jefe de Gobierno. El gabinete del general Ahmed Shafiq juró ayer su cargo frente a Mubarak. No hay sorpresas en carteras claves, como Asuntos Exteriores y Defensa, donde se mantienen sus titulares, pero sí ha habido un relevo en el Ministerio del Interior.
«Este nuevo gobierno sólo representa a Mubarak, se trata de figuras corruptas, pero no se ha hecho eco de los requisitos del pueblo», afirmó el portavoz del Movimiento 6 de Abril al comentar la formación del nuevo gabinete. Para hoy el Movimiento 6 de Abril ha convocado una masiva manifestación para recuperar el ritmo de las protestas del martes y viernes pasados, a partir del mediodía, y que quiere darle un ambiente festivo, con música y otros espectáculos. «Mañana seremos un millón», afirmó Amr Abdu Ramhan, uno de los manifestantes que se encontraban hoy en la plaza Tahrir.