Un grupo de legionarios españoles, encargados de formar y asesorar al Ejército de Afganistán. | Efe

Estados Unidos no entrenará a los nuevos reclutas del cuerpo de la Policía Local Afgana —una fuerza de tipo milicia entrenada por las fuerzas especiales estadounidenses para las zonas de difícil acceso del país— ni de las fuerzas especiales afganas hasta que no se compruebe su historial y si tienen conexiones con grupos insurgentes, en respuesta al incremento de los ataques «internos» contra los soldados internacionales por parte de uniformados afganos.

«Hemos suspendido el entrenamiento de los nuevos reclutas y estamos haciendo comprobaciones sobre los miembros actuales», explicó un portavoz del Ejército estadounidense en Kabul, coronel Thomas Collins, que precisó que la suspensión del entrenamiento afecta sólo a los nuevos reclutas y no a los que ya han sido entrenados o están en proceso de entrenamiento.

La misión de la OTAN

La OTAN ya ha dejado claro en todo caso que la decisión de Estados Unidos no afecta en absoluto al entrenamiento que está llevando a cabo su misión de efectivos de la Policía regular y del Ejército afganos. «No afecta a la OTAN. La misión de entrenamiento de la OTAN en Afganistán (NTMA) no está afectada por esto», confirmó un portavoz de la Alianza.

Ante el aumento del número de bajas de las fuerzas internacionales a manos de efectivos de las fuerzas especiales afganas, especialmente policías, la OTAN ya acordó hace meses introducir un nuevo plan para reforzar el proceso de reclutamiento y comprobación de los nuevos efectivos y aumentar el número de equipos expertos en contrainteligencia afganos para hacer seguimientos sobre los reclutas.

El coronel Collins explicó que los soldados afganos ya están aplicando nuevas medidas para impedir estos ataques entre, las que figuran un nuevo sistema de denuncias anónimas para que los soldados puedan advertir de comportamientos sospechosos, la prohibición de vender uniformes para impedir infiltraciones y el seguimiento de los soldados cuando regresan a su casa en periodo de descanso y el entrenamiento de expertos en contrainteligencia afganos.

A pesar de estas medidas, el número de ataques de las fuerzas afganas contra efectivos de las fuerzas internacionales —conocidos como ‘verde sobre azul’ por el color del uniforme de los afganos, verde, contra el color de la bandera de la OTAN, azul— sigue aumentando.

Según datos de la OTAN, al menos 45 militares internacionales, en su mayoría estadounidenses, han muerto en el último año.