La Embajada de Grecia en Washington. | MICHAEL REYNOLDS

El extécnico de la CIA Edward Snowden ha pedido asilo político en Rusia, lo que el presidente ruso, Vladímir Putin, está dispuesto a concederle si el solicitante pone fin a su labor contra Estados Unidos.

«Si él (Snowden) quiere quedarse aquí, hay una condición: debe cesar en su labor dirigida a causar daño a nuestros socios estadounidenses. Por extraño que esto suene en mis labios», dijo el jefe del Kremlin.

Pocas horas después, el cónsul de guardia ruso en el aeropuerto internacional moscovita de Sheremétievo, en cuya zona de tránsito se encuentra Snowden desde el 23 de junio, anunció que éste solicitó formalmente refugio político en Rusia.

«La ciudadana británica Sarah Harrison, que se presentó como abogada y apoderada del ciudadano de EEUU Edward Snowden, se personó en el puesto consular del aeropuerto de Sheremétievo y entregó una petición de Snowden para que se le conceda asilo político en Rusia», declaró el cónsul Kim Shevchenko a la agencia Interfax.

Sin embargo, el propio Putin vio poco probable que Snowden acepte cesar su actividades contra Estados Unidos.

«Se siente un luchador por los derechos humanos. Por lo visto, no tiene intención de dejar esa labor y, por tanto, deberá elegir un país de destino y trasladarse allí. ¿Cuándo va a ocurrir esto? Lamentablemente, no lo sé», señaló Putin.

Estados Unidos

Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos defendió ayer sus polémicos programas de espionaje ante la indignación y la solicitud de información de sus socios europeos.

Lejos de ofrecer disculpas, tanto el presidente Barack Obama como su secretario de Estado, John Kerry, dieron a entender que ese espionaje de las comunicaciones no es algo inusual y que muchos otros países también lo practican.

«Todos los servicios de inteligencia», en EEUU, Europa y Asia, «tratan de entender mejor el mundo y lo que está pasando en las capitales (...) a través de fuentes que no están disponibles en el New York Times o en NBC News», argumentó Obama.