Los líderes de Gran Bretaña, Alemania, Suecia y Holanda sonríen durante un paseo en barca en Harpsund, al sur de Estocolmo. | ANDERS WIKLUND

El relevo en la dirección de la Comisión Europea en favor de Jean-Claude Juncker, el candidato del partido más votado en las elecciones del 25 de mayo, el PPE, se complica por la creciente oposición británica, sueca y holandesa, pese al apoyo alemán.

«Si la presión aumenta, es por parte de una reducida minoría de jefes de Gobierno. Entiendo que no es tanto contra Juncker como contra una forma de elegir al presidente de la CE en la que la última palabra la tiene el Parlamento europeo en representación del electorado», dijo el portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch.

La resistencia contra Juncker está encabezada por el primer ministro británico, David Cameron, quien viajó ayer a Suecia para abordar la sucesión en la presidencia del Ejecutivo comunitario con sus homólogos sueco y holandés, que también han mostrado sus dudas sobre el candidato del Partido Popular Europeo (PPE).

Respaldo alemán

En el encuentro también estuvo presente la canciller de Alemania, Angela Merkel, que, por el contrario, apoya a Juncker.

El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, ya cuestinó el «proceso en sí» para elegir al presidente, según declaraciones publicadas ayer por el diario británico Financial Times .

Reinfeldt también se mostró inquieto sobre el impacto que podría tener la elección de Juncker en el Reino Unido, de cara al referéndum sobre la pertenencia del país a la Unión Europea convocado para 2017.

La campaña británica contra Juncker ha traspasado la política y ha llegado también a los medios de comunicación.

El tabloide The Sun publicó el domingo una información que apuntaba a una supuesta relación de la familia del luxemburgués con los nazis durante la II Guerra Mundial.

La contestación a Juncker viene también desde el sur del continente, donde el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, exige que, antes de hablar de candidatos, el debate se centre en establecer una agenda centrada en el crecimiento y la creación de empleo para los próximos cinco años de mandato de la CE.

Aunque la posición de Renzi es lejana de la del Reino Unido, Hungría, Suecia y Holanda, si finalmente se negara el apoyo a Juncker, habría una minoría de bloqueo suficiente para evitar su nombramiento.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE deberían aprobar por mayoría cualificada en la cumbre que celebrarán el 26 y 27 de junio a un candidato para presidir la CE, quién después deberá ser respaldado por el PE.