Al menos 95 personas fallecidas y 191 heridas por la potente explosión que ayer sacudió la capital afgana, Kabul, provocada por una ambulancia bomba al detonar frente a un control policial.

La explosión ocurrió a las 12.45 de la tarde, hora local (las 09.15 en España). Los talibán han reivindicado la autoría del ataque, según la cadena de televisión afgana Tolo News.

Según testigos, el vehículo explosionó frente a las puertas de la antigua sede del Ministerio del Interior, en la céntrica plaza de Sadarat, situada a su vez en las inmediaciones del barrio diplomático de la capital afgana. Se trata de una zona muy concurrida, rodeada de escuelas, tiendas y restaurantes.

El diputado Mirwais Yasini confirmó que la ambulancia bomba se aproximó al puesto de control, cerca de una oficina del Alto Consejo de Paz (la organización encargada de gestionar las conversaciones de paz con la insurgencia talibán), antes de estallar.

"Es una masacre", declaró el coordinador de la ONU humanitaria Emergency, Dejan Panic, que administra un hospital de traumatología cercano, el Hospital de Emergencias. Este centro se encuentra ya al máximo de seguridad.

El Comité Internacional de la Cruz Roja denunció el uso de una ambulancia, un hecho que considera "horroroso". "El uso de una ambulancia en el atentado de hoy en Kabul es horroroso. Podría considerarse perfidia según el Derecho Internacional Humanitario. Inaceptable e injustificable", advirtió a través de la cuenta en Twitter de la filial afgana de Cruz Roja.

La ambulancia bomba fue detonada entre dos controles situados frente a la antigua sede del Ministerio del Interior. La deflagración ha causado importantes daños en los inmuebles de la zona.

El embajador estadounidense en Afganistán, John R. Bass, ha condenado ya este atentado. "Condeno el atentado cobarde y sin sentido perpetrado hoy en Kabul (...). Mi gobierno y yo estamos con las víctimas y sus familias. Mi gobierno y yo estamos con el valiente pueblo de Afganistán", ha apuntado.