El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desvelado este jueves que el Gobierno está finalizando un plan para establecer «puntos de ingreso» para los solicitantes de asilo en el país norteamericano.

«Los migrantes que buscan asilo deberán presentarse en un punto de ingreso», ha dicho. «Aquellos que decidan violar las leyes e ingresar de forma ilegal no podrán acceder a las solicitudes para obtener la admisión automática a nuestro país», ha agregado.

En los últimos días, Trump ha intentado presentar como una amenaza para Estados Unidos a un gran grupo de migrantes procedentes de Centroamérica que han huido de la pobreza y la violencia en sus países y está atravesando México en camino a la frontera estadounidense.

«Estas caravanas ilegales no serán permitidas en Estados Unidos y deberían dar la vuelta ahora», ha manifestado Trump. «Estamos deteniendo a la gente en la frontera. Esto es una invasión», ha denunciado.

Trump no ha detallado si este plan se aplicará únicamente a los que llegan en la 'Caravana' que recorre los países centroamericanos o si será para todas las personas que busquen asilo en el país.

El Acta de Inmigración y Nacionalidad contempla que cualquier inmigrante en Estados Unidos puede solicitar asilo, independientemente de si ha entrado a través de un puerto de entrada designado o no.

Trump ha hecho de la inmigración ilegal su enfoque principal en los días previos a las 'midterm' del 6 de noviembre, que determinarán si sus correligionarios republicanos mantienen el control del Congreso.

Las palabras de Trump llegan un día después de que dijera que podría ordenar un despliegue de hasta 15.000 militares en la frontera con México para impedir que la caravana de migrantes centroamericanos alcance su objetivo.

«En lo que se refiere a la caravana, tenemos fuera unos 5.000 militares que podrían llegar a entre 10.000 y 15.000 (...) Nadie va a entrar», manifestó el presidente estadounidense en declaraciones a los medios de comunicación.

El magnate neoyorquino insistió en que «es peligroso» que esta «gran cantidad de gente» entre en Estados Unidos. «No vamos a permitir que llegue gente a nuestro país que no tenga en mente el bienestar de nuestro país», declaró. «Quiero que venga gente pero que lo haga legalmente», argumentó.

Además, advirtió de nuevo a los países implicados --Honduras, Guatemala y El Salvador-- de que Estados Unidos podría cortar «inmediatamente» su ayuda a los mismos porque «no han hecho nada por el pueblo estadounidense». «Lo estamos pensando muy seriamente», remachó.

También en el asunto migratorio, Trump afirmó esta semana que intentará acabar con el derecho a la ciudadanía estadounidense para los niños nacidos en el país de padres sin ciudadanía o inmigrantes ilegales, al tiempo que aseguró que aprobará una orden ejecutiva al respecto.

UNA FRONTERA BLINDADA

Trump ya ha ordenado desplegar 5.200 militares y, según fuentes consultadas por Reuters, el Pentágono ha identificado a otros 7.000 para que se sumen al operativo en caso de ser necesario. Este despliegue de tropas es equiparable a la actual presencia militar de Estados Unidos en Irak.

El pasado 13 de octubre, 1.300 partieron de la ciudad hondureña de San Pedro Sula en busca del 'sueño americano'. El pasado viernes llegaban a la frontera de Guatemala con México, donde se toparon con una valla metálica y un cordón policial. Unos 7.000 cruzaron de forma ordenada y entre 2.000 y 3.000 se lanzaron al río Suchiate, frontera natural.

Desde entonces otros grupos de migrantes han partido de Honduras, Guatemala y El Salvador para sumarse a la caravana original. Este miércoles, unos 2.000 salvadoreños han puesto rumbo a Estados