Una familia británica decidió viajar a Hong Kong como recompensa por los dos años de restricciones a causa de la pandemia del COVID 19. Helen y Simon Rhodes viajaron junto a sus dos hijos, Nathan y Emma, desde Reino Unido hasta la región china, disfrutaron de sus estancia en el país y fue en el viaje de vuelta a casa cuando, repentinamente, las vidas de esta familia se truncaron por completo, según el diario ABC.

Helen tenía 46 años y ninguna patología previa conocida, por lo que su muerte sorprendió a todos y aún más en esas extrañas circunstancias. La mujer, que estaba en su asiento rumbo a Frankfurt para hacer la escala, parecía haberse quedado dormida. Los dos niños insistieron en que su madre les diese permiso para jugar a la consola pero su padre les pidió que la dejasen dormir. Al cabo de un rato, Simon comenzó a preocuparse por su esposa dado que esta no despertaba. Finalmente, los asistentes de vuelo se certificaron la muerte de la pasajera y el piloto decidió continuar con el trayecto hasta el lugar de destino.

«Según ha publicado el diario alemán Bild, al trauma de la pérdida repentina e inexplicable se sumó el trato recibido por las autoridades, que exigieron que el cuerpo permaneciese en Frankfurt para que le fuese practicada la autopsia mientras que Simon y los niños tuvieron que continuar vuelo a Gran Bretaña. A la espera del resultado oficial de esa autopsia, en el certificado de defunción se señala una 'causa inexplicable de muerte'», ha explicado el diario ABC.