David Kozak, el estudiante que llevó a cabo el peor tiroteo masivo en la historia de República Checa, matando a 14 personas e hiriendo a otras 25 en la Universidad Carolina en el centro de Praga, se suicidó cuando las fuerzas del orden se acercaron, según han confirmado las autoridades.

De hecho, el joven de 24 años ya había avanzado sus intenciones a través de un canal privado de Telegram, donde creó un perfil el pasado 9 de diciembre. En este sentido, llegó a lanzar amenazas diciendo que quería «hacer un tiroteo y posiblemente suicidarse». Asimismo, el autor del tiroteo afirmaba que tenía «ganas de matar».

«Es un día de mierda y una vida de mierda», publicó el pasado 17 de diciembre, apenas unos días antes del tiroteo. Y es que hasta esta semana había estado publicando mensajes preocupantes, como «odio el mundo y quiero dejar el mayor sufrimiento posible».

El joven aseguraba que «siempre» quiso matar: "Pensé que me convertiría en un maníaco en el futuro. Luego, cuando Ilnaz disparó, me di cuenta de que era mucho más rentable cometer asesinatos en masa que asesinatos en serie", aseguró refiriéndose a Ilnaz Galyaviev, autor de un tiroteo en una escuela en Kazán, Rusia, que ocurrió en el 2021.

El autor de la masacre escribió también que se había inspirado en Alin Afanashikn, un joven ruso de un liceo de Bryansk (Rusia), sospechoso de haber cometido un atentado el pasado día 7, en el que murieron dos personas. «Me ayudó demasiado», confesó David Kozak.

Un "excelente estudiante" sin antecedentes penales

La violencia mortal estalló el jueves por la tarde en el edificio del departamento de filosofía de la Facultad de Artes de la Universidad Carolina, en la capital de la República Checa. La Policía ha dicho que el pistolero, identificado solo como un estudiante de 24 años en el programa de filosofía, abrió fuego contra sus compañeros de clase y profesores antes de suicidarse en el balcón del edificio.

El jefe de la Policía de Praga, Martin Vondrásek, ha advertido que el número de muertos podría aumentar dado que diez de los heridos seguían en estado grave. Entre las víctimas supervivientes también se encuentran tres ciudadanos extranjeros: dos de los Emiratos Árabes Unidos y uno de los Países Bajos, según el Ministerio checo de Asuntos Exteriores.

Vondrásek ha descrito al tirador como un excelente estudiante sin antecedentes penales y ha asegurado que las autoridades también están investigando si el sospechoso, que tenía licencia para poseer ocho armas, estuvo involucrado en el asesinato de un hombre y su hija de dos meses en Praga el 15 de diciembre.

Apenas unas horas antes de la masacre, una amiga del joven se acercó a las autoridades y les dijo que había estado teniendo pensamientos suicidas y que ella no podía ponerse en contacto con él, según una cronología de los acontecimientos proporcionada por la Policía.

Cuando acudieron a la casa del tirador en Hostoun, justo al oeste de Praga, los agentes encontraron el cuerpo de su padre, así como un arsenal de armas y explosivos, informó The Guardian.

Poco después de las 13.00 horas, la Policía inició una búsqueda nacional del sospechoso y determinaron que debía asistir a una conferencia en la Facultad de Artes de la Universidad Charles a las 14.15 horas, lo que provocó que hordas de agentes acudieran corriendo al lugar. La Policía dijo que ya estaban evacuando el campus cuando se escucharon los primeros disparos alrededor de las 15.00 horas.

Las autoridades no creen que nadie más haya estado involucrado en lo que llamaron «un ataque violento premeditado», aparentemente inspirado en tiroteos similares en el extranjero.

El motivo de la masacre sigue bajo investigación, pero el ministro Vit Rakusan ha dicho que la Policía no ha descubierto vínculos con ninguna ideología o grupo extremista y ha agregado que han trabajado durante la noche para identificar a los muertos. Si bien las autoridades aún no han revelado ningún nombre, el Instituto de Ciencias de la Música ha anunciado que su directora, Lenka Hlávková, se encontraba entre los muertos.

Anteriormente, el peor tiroteo masivo ocurrido en el país se produjo en 2015, cuando un hombre armado abrió fuego en la ciudad de Uhersky Brod, en el sureste del país, matando a ocho personas antes de suicidarse. La masacre más reciente ha dejado a la República Checa tambaleándose, y Petr Fiala, el primer ministro checo, ha pedido sensibilidad en nombre de todos los afectados por la violencia.

"El brutal ataque ha afectado a toda nuestra sociedad, estamos pasando por un momento doloroso y triste, nuestros pensamientos están con aquellos que fueron directamente afectados por la tragedia«, ha dicho Fiala en un comunicado este viernes, en el que ha añadido que »tenemos que afrontar esta situación juntos. Por favor, manteneos unidos en estos tiempos difíciles".