En una esquina de Londres, el artista Banksy colocó su última creación, que duró solo una hora tras su anuncio el viernes. Era una señal de Stop roja con tres drones de guerra encima de su forma octogonal. Un hombre con unas tijeras de podar la arrancó mientras los peatones le hacían fotos en Peckham, una zona del sur de la ciudad.

Los que vieron el mensaje de Banksy en Instagram acertaron al predecir que no iba a durar mucho allí. Algunas de sus piezas se han vendido por millones de dólares.

«Quería verla antes de que pasara algo», le dijo a la agencia Press Association un hombre que se llamaba Alex. Muchos peatones se quedaron boquiabiertos cuando un hombre con una chaqueta roja y negra se subió a una bici que estaba apoyada en el poste de la señal y empezó a darle puñetazos.

«Le preguntamos, ‘¿qué haces?’, pero nadie sabía cómo actuar, así que solo observamos lo que ocurría», dijo Alex. «Estábamos algo desconcertados, se oían cláxones de coches».

El hombre se marchó y volvió al poco con las tijeras para acabar el trabajo. Otro hombre le sujetó la bici en la que estaba de pie y luego la cogió y salió corriendo.

El arte urbano de Banksy suele tener un mensaje político. Muchos de sus fans en Instagram entendieron esta obra como una petición de paz en Gaza.