Dos periodistas españoles fueron agredidos ayer en una sala del Tribunal de Primera Instancia de Ain Sbaa (Casablanca), donde se hallaban para cubrir un juicio contra siete activistas saharauis.


Según relató uno de los agredidos, Antonio Parreño, corresponsal de TVE, decenas de personas se abalanzaron sobre él y sobre otro de los periodistas, Eduardo Marín, de la Cadena Ser, cuando intentaban tomar fotos del enorme revuelo desatado en la sala tras la aparición de los acusados, que coreaban consignas independentistas.
«Estaba grabando un vídeo y sacando fotos, al igual que hacía la mayoría del público en la sala, cuando alguien me agarró por detrás para quitarme la cámara. Me he resistido y entonces me han empezado a pegar decenas de personas», dijo Parreño.


Patadas, puños y piedras

Parreño explicó que recibió patadas, un puñetazo que le rompió las gafas, le escupieron y también sufrió alguna pedrada. Marín fue trasladado por agentes de Policía a otra instancia del tribunal donde fue retenido durante más de una hora, en la que se le obligó a borrar las fotos que había sacado.


El coordinador de Relaciones Internacionales del Partido Popular, Jorge Moragas, incidió ayer en que el Ejecutivo español «no puede mirar a otro lado» ante la agresión de dos periodistas españoles y recordó que estos ataques a la prensa no deben «salir gratis».


Además de exigir al Gobierno una condena explícita de estos hechos, el dirigente del PP lamentó las críticas contra la prensa española por el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Taib Fasi Fihri, tras su encuentro con la jefa de la diplomacia española, Trinidad Jiménez y que ésta se limitara a «mirar hacia otro lado».