El fundador de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, ha pedido «paz, sosiego y tranquilidad» a todos los inversores que han confiado en el Grupo porque la situación de tesorería es «extremadamente desahogada», la solvencia es «enorme» y hay capacidad «más que suficiente» para atender todos los compromisos adquiridos.

«Si no fuera éste el caso, yo no habría tenido la cara dura de ponerme delante de los periodistas. No hay motivo de preocupación, absolutamente ninguno», ha subrayado Ruiz-Mateos en declaraciones a Onda Cero.

El empresario, que ha insistido en que él no está preocupado, ha indicado que «si estuviera desesperado» por no poder atender los compromisos «estaría en una situación enloquecida». «Pero estoy con paz, con sosiego y tranquilidad y dispuesto a dar la información que sea necesaria, lo que más me preocupa es defender los empleos», ha dicho.

Ruiz-Mateos ha pedido esa misma «paz, sosiego y tranquilidad» a todos aquellos que suscribieron pagarés y invirtieron en el Grupo porque se cumplirán los compromisos adquiridos con ellos. «Lo que me gustaría hacer, aunque es difícil, es una sociedad anónima con el montante de todo ello y hacer una base todavía mucho mayor de proyección de futuro», ha añadido.

El empresario ha insistido en que la solvencia de Nueva Rumasa «es enorme y la capacidad es tremenda». «Pero tras cuatro años de crisis hemos tenido que recurrir a estos procedimientos. Sin embargo, la diferencia entre activo y pasivo, que es lo que importa, es enormemente considerable. Por eso, sosiego, paz y tranquilidad, que no pasa absolutamente nada», ha asegurado.

Ruiz-Mateos ha recordado que la primera Rumasa empezó con siete obreros. «Luego la liquidaron de mala manera, por sorpresa, con 65.000 puestos de trabajo. De nuevo empezamos de la nada y ahora tenemos 10.000 empleos», ha destacado.

Nueva Rumasa ha solicitado el 'preconcurso' de acreedores para sus empresas Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Carcesa (Apis y Fruco), Quesería Menorquina y Rayo Vallecano, con lo que abre una «nueva etapa de reestructuración» que, según la familia Ruiz-Mateos, garantizará «su viabilidad futura y el cumplimiento de la totalidad de sus compromisos».

El fundador de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, aseguró ayer en rueda de prensa, acompañado de sus seis hijos varones y parte del equipo directivo, que su objetivo se centra en proteger los intereses de sus empleados y remarcó que cumplirá sus compromisos con los más de 5.000 inversores que han confiado en la compañía con la suscripción de pagarés o de participaciones. «Si no pudiera satisfacer esa obligación y no tuviera fe, me pegaría un tiro», dijo.

Estas diez sociedades, que concentran gran parte de los 700 millones de euros de deuda bancaria del grupo, se han acogido al procedimiento especial de la Ley Concursal, que concede un plazo de hasta cuatro meses para negociar con los acreedores a fin de evitar la suspensión de pagos y que blinda a las empresas ante cualquiera entidad que pretenda instar un concurso de acreedores necesario. Los principales acreedores son Banco Santander y Banesto.

"Una bestial campaña orquestada"

La propuesta de Nueva Rumasa a sus acreedores se centrará en el aplazamiento de la deuda, según el consejero delegado del grupo, José María Ruiz-Mateos Rivero, quien a preguntas de los periodistas descartó la petición de una quita, a lo que el patriarca de la familia replicó: «aquí no se quita nada, se añade».

Ruiz-Mateos 'junior' detalló que el grupo ha sufrido todos los efectos de la crisis, pero su situación «se ve agravada» por una «bestial campaña orquestada» por intereses que dijo desconocer, por lo que se ha visto «obligado a solicitar esta medida de protección judicial».

No obstante, subrayó que no afecta a la actividad diaria de la compañía ni a su patrimonio, que «roza los 6.000 millones de euros». «Estamos seguros de que la situación es reversible y podrá ser modificada en breve», aseveró el empresario, quien apuntó que todos los inversores están al día en sus cobros y que los puestos de trabajo «no están en peligro».

Negociación con un inversor extranjero

Además, anunció que Nueva Rumasa mantiene conversaciones «muy avanzadas» con un grupo inversor extranjero que prevé tomar una participación minoritaria aún por determinar e inyectar capital en el grupo, con una aportación total que inicialmente cifran hasta en 500 millones de euros.

Durante la rueda de prensa, el fundador de Nueva Rumasa manifestó su satisfacción por la creación de Nueva Rumasa, tras el «robo» de antiguo 'holding' y recordó que el próximo miércoles se cumplen 28 años de la expropiación y sigue pendiente de resolver el contencioso del justiprecio por el que la familia reclama 18.000 millones de euros.

El patriarca, que destacó que las empresas del grupo operan en los sectores de mejor comportamiento, censuró el «comportamiento deleznable, insólito y sin razón» de determinados bancos y, en particular, del que concentra el mayor porcentaje de riesgo, que «de la noche a la mañana» corta la financiación y pide amortizar la mitad.

Deudas "nimias" con la Seguridad Social

Por sus parte, Ruiz-Mateos junior dijo no entender que la Seguridad Social hable de un grupo privado y señaló que sus deudas son «nimias» en relación a las aportaciones anuales, al tiempo que calificó de «lamentable y vergonzosa la actitud frente a un grupo familiar que lo único que hace es trabajar y un sacrificio brutal y desmedido por ayudar a mejorar la economía de este país».

En relación a la reclamación de 36 millones de euros por parte de Royal Bank of Scotland, indicó que esta entidad concedió un crédito hipotecario de 27 millones hipoteca sobre un solar con un valoración de 72 millones de euros.

«Este banco quebró, fue rescatado y no sólo no accede a una refinanciación, sino que se va de aquí; hoy está negociando la venta de su cartera inmobiliaria en el mercado, entre ellos nuestro crédito, y nos iniciaron un proceso de ejecución contra Clesa, que es avalista», dijo, antes de recordar que el embargo ordenado por el juez está paralizado hasta «la vista que corresponda» y que prosiguen las negociaciones con la entidad.

Hotel en Menorca

La familia Radó no se plantea renegociar deuda con Nueva Rumasa y estudia la adopción de nuevas acciones judiciales contra la familia Ruiz-Mateos por impagos en una operación de venta de hoteles, después de la demanda que propició que un juzgado de Madrid ordenara el embargo preventivo de siete fincas del grupo.

Según fuentes próximas a los empresarios mallorquines, la familia está sopesando otras acciones judiciales, sin descartar la vía penal, por el vencimiento total de la deuda.

La resolución del contrato de compraventa para volver a tomar el control de la sociedad, según apuntaron, no es factible, porque Nueva Rumasa constituyó distintas hipotecas sobre los inmuebles adquiridos «al día siguiente de la operación».

La familia Radó interpuso una demanda por el impago de parte del importe derivado de la venta de dos hoteles 'Beverly' en 2008 (por 69 millones de euros), unos activos en los que contaba con una participación minoritaria, de aproximadamente el 18%.

El Juzgado de Primera Instancia número 57 requirió a Nueva Rumasa que abonara al acreedor 1,2 millones de euros (910.573 euros en concepto de principal, 20.385 euros por gastos y 279.287 euros en concepto de intereses de demora) y ordenó el «inmediato embargo preventivo de los bienes del deudor, por las cantidades expresadas, por si no se atendiera al requerimiento».

El auto decreta el embargo de cuatro fincas propiedad del Grupo Dhul, dos de Clesa y una cuya mitad pro indivisa es propiedad de Alfonso Ruiz-Mateos Rivero. Las fincas están radicadas en San Roque (Cádiz), Alcalá de Guadaira (Sevilla), Alicante, Valverde de la Virgen (León), Jaén y Picanya (Valencia).

La familia Ruiz-Mateos afirmó que había suspendido «de forma cautelar» los pagos a los vendedores por incumplimiento de contrato, mientras que los empresarios mallorquines sostienen que del contrato de compraventa no se deriva ninguna obligación pendiente con los compradores.