El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante una de sus intervenciones en el pleno. | Efe

El 'número dos' del PSOE, José Blanco, se responsabilizó ayer de la campaña electoral y de la anulación del mitin de Vistalegre, una decisión que José Luis Rodríguez Zapatero ha desligado de su futuro político y que los barones han dicho compartir, pese al desconcierto de las bases socialistas.


La suspensión del mitin más emblemático del PSOE, programado para el 3 de abril y que iba a servir de pistoletazo de salida de la precampaña, ha causado un profundo estupor entre los socialistas, especialmente entre los diputados y cuadros medios del partido. Este anuncio, acordado el lunes por la tarde por el Comité Electoral del PSOE, pero conocido un día después, ha pillado por sorpresa a casi todos los diputados socialistas, que no sabían qué contestar al ser abordados ayer por la prensa durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso.


Un escenario en el que respondió escuetamente el propio Zapatero, quien desligó la supresión del acto de Vistalegre de su hipotética sucesión. Poco antes, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, dejó claro que él es el encargado de diseñar la campaña electoral de los socialistas y que lo ha hecho «para ganar las elecciones», aunque ha precisado que «las estrategias no se cuentan». Visiblemente molesto por las especulaciones que estos cambios han generado en la prensa, Blanco aseguró: «Yo diseño la campaña electoral del PSOE, la planifico para ganar las elecciones y no la planifico por lo que me digan los periodistas».


La sucesión


También los rumores sobre la sucesión de Zapatero se apoderaron del mundo parlamentario en el Congreso en la que se hechó en falta a Rubalcaba, aún hospitalizado. Zapatero dejó su escaño para salir del hemiciclo, mientras Bono también abandonaba su puesto en la Presidencia; ambos coincidieron, justo a la salida del hemiciclo, con Mariano Rajoy. Muy amigablemente se han saludado los tres han cruzado algunas palabras.


Por si era poco, cuando los tres salieron del hemiciclo, Zapatero y Bono se reunieron de nuevo en el despacho oficial del presidente del Congreso. La incertidumbre se alargó la media hora en que permanecieron a solas, tras la cual siguieron las incógnitas, porque ninguno quiso aclarar de qué hablaron. Eso sí, Bono utilizó el mismo recurso que el 16 de febrero empleó ante la prensa después de reunirse también en su despacho. Si aquel día dijo que ambos habían conversado «de lo que ustedes se imaginan», ayer su respuesta fue: «si se lo imaginan, acertarán».