Varios jóvenes, ayer ante los Mossos d'Esquadra en las inmediaciones del parque de la Ciutadella de Barcelona. | Efe

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha asegurado hoy que «no es lo mismo declararse indignado que actuar de forma indigna», y ha recordado que la democracia se basa en el respeto a las libertades y los derechos de las personas.

En un artículo publicado en 'La Vanguardia' recogido por Europa Press, ha afirmado que entra dentro de la normalidad democrática expresar el desacuerdo con decisiones de los gobiernos, pero que otra cosa es «cruzar la línea roja que separa nítidamente las actitudes democráticas de las que no tienen en cuenta la voluntad de la mayoría».

Mas ha remarcado que los diputados del Parlament no están allí «por casualidad», sino que lo decidieron democráticamente los catalanes.

Ha recordado que en democracia «las minorías no pueden imponer su voluntad a las mayoría», al igual que éstas no pueden ignorar las inquietudes de las minorías, y ha subrayado que quien cruza la línea roja tiene que ser consciente de que se enfrenta a la mayoría de los conciudadanos, representados en el Parlament.

Artur Mas ha resaltado que entre un «sistema democrático imperfecto y el caos violento que se instaló a las puertas» del Parlament, se queda con la democracia, y ha asegurado que las imperfecciones del sistema no justifican su comparación con determinados regímenes dictatoriales donde ha aflorado una indignación de los ciudadanos.

Para él, esta comparación supone una «falta de respeto» a las personas que vivieron una falta de libertades, la persecución arbitraria y la precariedad material, así como las que dieron su vida para que el Parlament representara la voluntad del pueblo de Catalunya.

El presidente de la Generalitat se ha felicitado por que los diputados consiguieron «transformar una situación de excepcionalidad, marcada por la coacción violenta de una minoría, en una sesión normal» en el Parlament.

Normalidad

Por otro lado, el Parlament ha recuperado esta mañana la normalidad puesto que los 135 diputados que lo forman, entre ellos el presidente catalán, Artur Mas, han podido acceder sin problemas al Parque de la Ciutadella para asistir al pleno del Parlament, al no toparse con ningún indignado en los accesos.

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La policía autonómica había desplegado desde primera hora un fuerte dispositivo de seguridad en los accesos al recinto, pero esta mañana no ha aparecido ningún indignado en la zona.

Desde poco antes de las ocho de la mañana, los diputados han ido llegando a pie, en taxi o en coche oficial hasta las puertas del edificio del Parlament, situado dentro del recinto del parque.

El presidente catalán, que ayer tuvo que acceder en helicóptero al Parque de la Ciutadella, ha llegado hoy sobre las 08:50 horas en su vehículo oficial.

También han llegado en su coche oficial la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, el conseller de Interior, Felip Puig, y el portavoz del PSC y líder de la oposición, Joaquim Nadal, entre otros.

El personal acreditado del Parlament ha entrado en el recinto a partir de las 07:00 horas, mientras los vehículos de aprovisionamiento de la cámara catalana han tenido que esperar hasta las 08:00 para acceder al parque, que tiene varias de sus puertas abiertas.

No obstante, las personas que pretendían hoy acceder a la Ciutadella para pasear o hacer ejercicio físico no han podido entrar en el parque porque los Mossos d'Esquadra impiden el acceso al público.

Los agentes de los Mossos que custodian los accesos piden la identificación para dejar entrar a políticos, trabajadores de la cámara y periodistas, mientras otros patrullan dentro del recinto del parque, donde se encuentran aparcadas mas de una docena de furgonetas de los antidisturbios.

Asimismo, se ha restablecido ya el servicio de tranvía en las proximidades del Parque de la Ciutadella, suspendido ayer por la concentración de cientos de indignados en el perímetro del parque, y también se puede circular sin problemas por el Passeig Pujades, por lo que poco a poco se va recuperando la normalidad a falta de que el parque vuelva a abrirse al público.

A su llegada al Parlament, los diputados han celebrado la vuelta a la normalidad y han lamentado la situación excepcional que vivieron ayer, marcada por las agresiones y coacciones a algunos de ellos por parte de 'indignados'.