El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en la clausura de la XXVIII edición de las jornadas económicas que organiza el Círculo de Economía. | Efe

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha lanzado un mensaje de «serenidad» ante las «graves» dificultades que vive el país y ha asegurado que España «no está al borde de ningún precipicio» y «saldrá de la tormenta» con sus propios esfuerzos y con la ayuda de la UE. Rajoy ha clausurado las jornadas del Círculo de Economía en Sitges, donde ha apostado firmemente por el mantenimiento del euro y ha planteado la necesidad de crear una autoridad fiscal europea que se encargue de gestionar la deuda europea, de realizar un control centralizado de las finanzas de los estados miembros y de armonizar las políticas fiscales.

Pero Rajoy ha centrado buena parte de su discurso en transmitir un mensaje, no de tranquilidad, pero sí de serenidad, ha dicho, sobre la situación económica que atraviesa España, que es un país «muy sólido», aunque «en estos momentos nadie parece acordarse de ello». Rajoy ha asegurado que España no camina «por un sendero de rosas», pero tampoco asiste «a las vísperas del Apocalipsis», y ha subrayado que el país no va a naufragar, pese a la borrasca, y podrá soportar las turbulencias.

Tormenta

«España saldrá de la tormenta con esfuerzos propios y con el apoyo de nuestros socios comunitarios», ha afirmado el líder del Ejecutivo, que ha advertido que lo que está en juego no sólo es el futuro económico de España, sino de la propia continuidad de la unión monetaria europea. Rajoy, que ha llamado a dejar atrás «temores irracionales y aspavientos inútiles», ha subrayado que el Gobierno es perfectamente consciente de qué es lo que ocurre y qué es lo que debe hacer para hacer frente a la crisis.

«Nuestra convicción es que España y la unión monetaria, unidos, con ruidos o sin ruidos acompañantes, saldrán de esta borrasca y dejarán la crisis a su espalda», ha manifestado. El Gobierno, ha explicado, ha impulsado una serie de reformas estructurales para hacer frente a esta situación, pero también está «firmemente comprometido» con el proceso de consolidación fiscal que exige Europa.