El ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, firma en el libro de autoridades durante su visita a la Diputación de Málaga, antes de su participación en el "Foro Hacienda,Administraciones y la salida de la crisis". | Jorge Zapata

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha anunciado este lunes que Hacienda ha recaudado 1.200 millones por la amnistía fiscal que finalizó el pasado viernes, prácticamente la mitad de lo previsto inicialmente por el Ejecutivo (2.500 millones de euros).

Montoro, que ha participado en la localidad malagueña de Mijas en el foro 'Hacienda, administraciones y la salida de la crisis', organizado por el diario 'SUR', ha indicado que esta recaudación significa un afloramiento de bases imponibles, según datos provisionales, de al menos 12.000 millones de euros.

A juicio del ministro, «ha valido la pena realmente hacer una operación así en un momento como el que vive España» porque «permite recaudar mucho más en un momento vital para financiar correctamente los servicios públicos y conseguir alcanzar el objetivo de déficit público».

Endeudamiento

Montoro ha analizado la clase de crisis que sufre España y ha señalado que «no es como muchas veces se insiste la peor de nuestra historia, la más acusada, la que nos va a conducir a retrocesos que harán que perdamos bienestar y todo este tipo de cantilenas».

Así, ha dicho que es una crisis «de naturaleza financiera, procede de una posición de endeudamiento frente al resto del mundo». Esto, ha dicho, «nos ha convertido en uno de los países más endeudados del mundo en términos netos», con una deuda externa que alcanza el 90 por ciento del PIB.

«Esta es la causa de nuestra crisis, un exceso de endeudamiento externo que se produce cuando España está bajo ese escudo protector del euro y también es miembro de una comunidad como es Europa y de unas instituciones como el Banco Central Europeo», ha apuntado el ministro.

No obstante, ha asegurado que «lo que hoy permite abrir la puerta de esperanza es la balanza de pagos de España, actualmente, la de 2012, que dice que en el tercer trimestre España tenía un superávit, una capacidad de financiación frente al resto del mundo, de algo más de dos puntos porcentuales del PIB», destacando que en el mismo periodo del año anterior tenía menos cuatro puntos.

Turismo

Montoro ha apuntado que el Gobierno asienta su visión de «cierto optimismo» en ese cambio en la balanza de pagos, «que ya es real». Ha aseverado que en esta balanza de pagos el turismo «es una fuente fundamental y absolutamente básica» y ha destacado la necesidad de hacer a este sector «todavía más competitivo».

«Si ya es un sector secular, afortunadamente tradicional en España, tenemos que seguir haciéndolo más competitivo porque no ha acabado su capacidad de aportar al crecimiento de los españoles», ha comentado el ministro, quien ha manifestado que «por parte del Gobierno no hay ninguna intención de subir el IVA turístico».

Ha argumentado que ya se subió porque «la circunstancia es la que manda» y fue en un momento en el que «la prima de riesgo del país estaba en 750 puntos básicos y la situación era inadmisible en sí misma porque nos llevaba a un precipicio». «Lo hecho, hecho está y bajo las recomendaciones europeas, pero ahí se queda porque el turismo nos tiene que sacar de la crisis y ya nos está sacando con su aportación a la balanza de pagos», ha expuesto.

Reforma laboral

Sobre la reforma laboral, ha indicado que «tiene que facilitar el empleo y la negociación colectiva, como ya está haciendo», y cuyo uso «debería mejorar a corto plazo» el panorama laboral de amplios sectores de la economía española.

También se ha referido a la reforma bancaria, «fundamental» para toda España, pero en especial para Andalucía y la Costa del Sol, al tiempo que ha añadido que esta reforma supone «un elemento principal para poder dinamizar la actividad económica en toda la costa española», lo que, «tendrá un impacto muy positivo porque permitirá sacar esos activos a valor de mercado».

En este punto, ha dicho estar convencido de que «habrá inversores internacionales y mucho apetito inversor cuando esos activos se ofrezcan a valores actuales de mercado». Por ello, ha insistido en que es «una reforma fundamental».

Déficit del sector público

Montoro ha considerado «muy importante» corregir el déficit del sector público porque «un país que debe tanto al resto del mundo tiene que situarse cuanto antes en esa posición de dejar de mandarle nuevos recursos al resto del mundo y luego colocarse en una posición superavitaria en el sentido de que está demostrando que el país es competitivo».

Para esto, la posición de los agentes económicos --familia, empresa y sector público-- «es decisiva», ha apuntado, indicando que «el sector privado, las familias y las empresas, está en situación excedentaria y no está tomando más recursos de endeudamiento». «Ese es el ajuste, brutal por cierto, que se ha hecho», ha declarado, admitiendo que, aunque la deuda bancaria «es muy alta», el saldo del sector privado «es claramente positivo».

Frente a esto, ha indicado, hay un sector público «que tiene un déficit muy elevado, que casi duplica su déficit al saldo positivo que tiene el privado», por lo que ha considerado que a España le conviene reducir ese déficit público. «No es una política impuesta por Europa», ha apostillado, indicando que si no se reduce este déficit «no vamos a resolver la crisis».

«Nos conviene y debemos empeñarnos todos en esa reducción del déficit público, aunque sea renunciar, aunque sea adoptar medidas que son dolorosas en términos sociales, pero es mejor acabar con la crisis cuanto antes porque entonces antes volveremos a crecer y a crear empleo», ha manifestado.

Por otro lado, Montoro ha incidido durante el acto en «el trabajo conjunto de todas las administraciones públicas», destacando, en este sentido, que desde el Gobierno de España se está trabajando con todas. «El Estado es el Gobierno central y el más pequeño de los ayuntamientos, por lo que entender de otra manera el Estado oferente de servicios públicos es un error», como también lo es «entender que debe haber reglas diferentes para las administraciones en función de su tamaño», ha concluido.