La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, en una imagen de archivo. | Manuel Lorenzo - EFE - EFE

La alcaldesa 'popular' de Alicante, Sonia Castedo, ha anunciado este martes que deja el cargo de primera edil dos años después de su primera imputación, acosada por la 'línea roja' establecida por el presidente de la Generalitat y del PPCV, Alberto Fabra, contra la corrupción, pero defendiendo su inocencia porque, según ha aseverado, «jamás» ha hecho «nada deshonesto».

Castedo ha elegido precisamente el día de su cumpleaños para anunciar, a través de un mensaje en Facebook, esta decisión, que se produce tras un tira y afloja con el president Fabra y varios cruces de declaraciones con él y otros dirigentes del partido desde que fuera imputada por primera vez en octubre de 2012 por el denominado 'caso Brugal'. La ya ex primera edil había dejado su acta en las Corts Valencianes el pasado 2 de mayo, con fecha de 30 de abril.

Castedo, que el pasado septiembre fue imputada por segunda vez, ha resistido hasta hoy, pese a los mensajes que desde la dirección del partido le han hecho llegar de que no iba a repetir en las listas y que habían cobrado más fuerza en los últimos tiempos, en los que su distanciamiento con el jefe del Consell se ha hecho más evidente, llegando a desmentir ante los medios unas palabras de Fabra en las que aseguró que el presidente del PP de Alicante, José Císcar, ya había hablado con la alcaldesa sobre su futuro.

Castedo está imputada en dos causas judiciales: en el juzgado número cinco desde el 1 octubre 2012 por revelación de información privilegiada, tráfico de influencias y cohecho en la pieza del caso Brugal relativa al Plan General de Ordenación Urbana y desde el pasado 17 de septiembre por el juzgado número seis en la pieza relativa al Plan Rabasa, zona de la ciudad donde está prevista la instalación de la multinacional sueca Ikea. En este supuesto, el juez le atribuye prevaricación y tráfico de influencias.

Por el primer caso, Castedo ya declaró en octubre de 2012 mientras que en el segundo, el juez pospuso su comparecencia, prevista para el 27 de noviembre, a la espera de resolver un recurso. En ambos casos, la exalcaldesa está imputada junto con el empresario alicantino Enrique Ortiz, a quien se investiga si favoreció, y con el que la Policía grabó una serie de conversaciones que reflejan la familiaridad de trato entre ambos. En el sumario existen también fotografías de viajes en común con amigos.

Castedo se convirtió en la primera mujer que ocupó la Alcaldía de Alicante y lo hizo en septiembre de 2008 tras la dimisión del alcalde Luis Díaz Alperi que en mayo de ese año había revalidado la vara de mando en las elecciones municipales. Precisamente su predecesor, también está imputado por la causa del PGOU.

«Yo creo que dejo en el Ayuntamiento a una persona de una gran capacidad», manifestó Díaz Alperi en el momento del pase de la Alcaldía a quien había iniciado su andadura política como concejal tras los comicios de 2001. La primera responsabilidad de Castedo fue la de edil de Turismo, cargo que ocupó durante cuatro años, y posteriormente ocupó la Concejalía de Urbanismo.

«FACTORÍA ALPERI»

Fue elegida alcaldesa en el pleno extraordinario celebrado el 17 de septiembre de 2008, con los 15 votos de los concejales del PP frente a los 14 del candidato socialista Roque Moreno. «Le debo mucho a mi partido, pero sobre todo soy lo que soy porque una persona en concreto lo ha querido así», dijo en referencia a Luis Díaz Alperi, para añadir: «unos dicen que ha sido mi mentor, otros que mi protector, otros que soy un producto salido de su factoría. Y todos tienen razón. A él se lo debo todo, en política. A su lado he aprendido, me he tropezado y me he levantado», añadió.

La sombra de Ortiz y Díaz Alperi ha planeado sobre Castedo todo este tiempo, aunque a pesar de eso, en las elecciones de mayo de 2011 su candidatura logró el mejor resultado del PP en la ciudad de Alicante, con el 51,14 por ciento de los votos y 18 concejales.

Pero a pesar de sus buenos resultados electorales, su situación judicial y la política contra la corrupción desarrollada por Alberto Fabra comenzó a resquebrajar la relación entre ambos a partir de 2012. La gota que hizo rebosar el vaso fue la segunda imputación, el pasado 17 de septiembre, por la tramitación del Plan Rabasa, según el titular del juzgado de Instrucción número 6 de Alicante mediante un presunto trato de favor al empresario Enrique Ortiz.

La tensión entre Castedo y el PPCV fue especialmente palpable durante la celebración en Alicante del Congreso de Empresa Familiar, que contó con la presencia del Rey Felipe VI. Aunque Fabra había reconocido que la imagen de la alcaldesa imputada con el monarca era «incómoda», la primera edil acudió al acto de inauguración y la instantánea de su saludo a Su Majestad fue portada. Sin embargo, en la clausura, a cargo de Mariano Rajoy, Castedo no estuvo presente al aducir motivos de salud.

También fue tirante el pleno del Ayuntamiento de Alicante en el que se sometió a votación una moción de UPyD para que los partidos no incluyan a imputados en sus listas. El grupo popular, incluida Castedo, votó la iniciativa, aunque la alcaldesa no tuvo que hacerlo a mano alzada al aprobarse por unanimidad del pleno.

DECLARACIONES DESAFIANTES

El talante vehemente de Castedo no ha contribuido a suavizar la polémica y en este tiempo ha realizado declaraciones desafiantes, como cuando advirtió, en noviembre, que «aun imputada podría sacar mayoría absoluta» o las insinuaciones que ha realizado --aunque nunca confirmado-- de que podría plantearse formar un partido.

Una de las últimas polémicas protagonizadas por Castedo en la Alcaldía ha sido la adjudicación del servicio de limpieza de la ciudad, por valor de más de 400 millones de euros, a una UTE participada por la empresa de Enrique Ortiz.

El pasado 21 de noviembre, Castedo confirmaba lo que ya era un secreto a voces, que no optaría como candidata del Partido Popular a la reelección en las próximas elecciones municipales de 2015 ni aunque las causas en las que está imputada judicialmente fueran archivadas, concretó entonces.