El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, se ha preguntado este miércoles si en «esta invasión de inmigrantes» y refugiados que a su juicio registra Europa «¿es todo trigo limpio?», por lo que ha pedido prudencia a los gobiernos ante lo que considera «el caballo de Troya» en las sociedades europeas.
Así ha respondido Cañizares, tras su intervención en un desayuno del Fórum Europa-Tribuna Mediterránea, al ser preguntado por si los diferentes gobiernos y la Iglesia están haciendo lo suficiente o lo correcto con los inmigrantes que llegan al oeste de Europa huyendo de países en conflicto, como Siria.
Según el arzobispo, «parece que hay más gestos y propaganda» de atención a los refugiados sirios, pero «también hay mucha realidad viva» que se está llevando a cabo con estas personas, aunque «de manera prudente» porque, según se ha preguntado: «Esta invasión de inmigrantes, ¿es todo trigo limpio?».
Futuro
«¿Cómo quedará Europa dentro de unos años, con la que viene ahora? No se puede jugar con la historia ni con la identidad de los pueblos», ha aseverado, y ha considerado que los gestos de acogimiento a estas personas «pueden quedar muy bien hoy» pero son «el caballo de Troya» en las sociedades europeas.
Cañizares, que acaba de cumplir un año de oficio en Valencia, ha sugerido «ver quién está detrás de todo esto», al tiempo que ha sostenido, refiriéndose a los refugiados, que «vienen perseguidos muy pocos», y que son a estos a los que está acogiendo y atendiendo la Iglesia.
Para Aficionado
Hace más de 4 años
Te equivocas. El arzobispo, dada su posicion y credo, es el primero que deberia dar ejemplo de humanidad y caridad hacia personas que, en su gran mayoria, aunque quizá no todas, solo huyen de la guerra y de la muerte. Ese comentario, que se une a muchos otros, ofensivos e inoportunos, sobre diferentes temas, amen de la defensa tácita sobre casos de pedofilia y abusos en el seno de la Iglesia, hacen que muchos cristianos pongamos en duda la capacidad de predicar el Evangelio por parte de algunos altos cargos de la Iglesia