Fotografía cedida por Atresmedia que muestra al ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez (i) durante su participación en el programa 'Salvados' de Jordi Évole (d). | Atresmedia

El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez ha defendido este domingo que los socialistas deben negociar con los independentistas catalanes y ha abogado ahora por una reforma de la Constitución que busque que Cataluña «como nación que se sienta integrada dentro de España».

En una entrevista en el programa 'Salvados' de La Sexta, Sánchez ha asegurado que él siempre cumplió con el mandato del Comité Federal y, por eso, no negoció con los independentistas, pero ha reconocido que «hubo conversaciones».

Eso sí, ha querido diferenciar «dos etapas». Según ha dicho, en la primera legislatura habló con los nacionalistas catalanes pero estaban mucho más firmes en sus posiciones que después de las elecciones de junio, cuando eran más proclives a «encontrar vías» de entendimiento. En ese momento, ha dicho, había «muchas más posibilidades para facilitar un gobierno alternativo del PP».

Eso sí, y aunque ha recalcado que «hay que hablar con todos», ha subrayado que no habló «nunca» con ellos de celebrar un referéndum de autodeterminación de Cataluña, como exigían los independentistas.

A partir de aquí, ha defendido que la crisis con Cataluña «sólo se va a poder resolver votando», pero ha subrayado que cree que no debe ser sobre una ruptura sino sobre un acuerdo: la reforma de la Constitución.

Declaración

Y, a renglón seguido, ha desvelado que «una de las principales lecciones» que ha «sacado en estos casi tres años» ha sido «comprender la naturaleza del país». «España es una nación de naciones. Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco, y esto es algo de lo que tenemos que hablar y reconocer», ha afirmado, para después defender que hay que articularlo en una reforma de la Carta Magna «para que Cataluña como nación que es se sienta integrada dentro de España».

Durante su mandato al frente del PSOE, Sánchez hizo suya la apuesta por una reforma de la Constitución en la línea que acordó el partido en julio de 2013, con Alfredo Pérez Rubalcaba al frente, en la llamada 'Declaración de Granada', que apostaba por avanzar en el federalismo del Estado.

En el proceso de primarias para llegar a la Secretaría General, Sánchez habló en una ocasión de Cataluña como una nación, pero rectificó y nunca volvió a utilizar esta terminología en sus dos años al frente del partido. Durante este tiempo, ha asegurado que su objetivo era reconocer las «singularidades» de Cataluña y así se ha recogido en los documentos para la reforma constitucional que ha presentado el PSOE durante su mandato.

De esta manera se incluía también en el programa del PSOE para las elecciones generales. Sánchez explicó entonces que rechazaba el reconocimiento de Cataluña como 'nación' porque los independentistas lo usan de manera «excluyente», pero admitía que es un término «polisémico».

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Liderar el PSOE

Sánchez ha asegurado que tiene «ganas, voluntad y fuerzas» para volver a liderar el partido, y se presentará al próximo congreso del partido si la militancia le apoya. «Si veo que hay agua en la piscina, no faltaré a la cita», ha dicho, retando además a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a optar por el liderazgo socialista, y acusando al PSOE de Andalucía de no haber sido «estabilizador».

Ha insistido en que, después de dejar su acta de diputado, se va a dedicar a recorrer España para escuchar a los militantes del PSOE y ha explicado que, si siente que tiene apoyo, intentará volver a la Secretaría General del partido, aunque ha reconocido que, desde su nueva posición, tendrá dificultades.

De hecho, ha acusado a la Gestora que ahora dirige el PSOE de llevarle a esta renuncia, al no permitir que sólo se abstuvieran once diputados socialistas en la investidura de Mariano Rajoy, con ese objetivo. A su juicio, con esa decisión de que la abstención fuera en bloque, la actual dirección del partido quería situarle ante una situación «imposible": o se abstenía, en contra de su posición, o rompía la disciplina y el mandato del Comité Federal.

Por otra parte, Sánchez ha desvelado que después de las elecciones del 26 de junio tuvo muchas dudas sobre la posición que tenía que tener el PSOE y ha explicado que tomó una decisión después de una conversación con el líder del PP, Mariano Rajoy, que le avisó de que, además de ser investido, necesitaba contar con los socialistas para gobernar.

Y, ahora, ha dicho, después de que su abstención haya permitido el Gobierno del PP, cree que el PSOE «se ha quedado en tierra de nadie». Esto, ha afirmado, se ha comprobado en el debate de investidura de Rajoy: «Una de las cosas que vi es que el país no tiene oposición», ha afirmado. E

Relación con Podemos

Sánchez también ha señalado durante la entrevista algunos de sus «errores» durante los tres años al frente del PSOE, y ha destacado como uno de ellos el haber calificado de «populista» a Podemos poco después de ser elegido secretario general del partido.

«No sabía lo que significaba entonces, lo que había detrás de Pablo Iglesias», ha admitido Sánchez, destacando el «impulso renovador» que existe en Podemos como una de las carencias del PSOE actual, por lo que ha defendido un entendimiento preferente con la formación morada si los socialistas quieren seguir optando a gobernar España.

«El PSOE debe mirar de tú a tú y trabajar codo con codo con Podemos», ha asegurado Sánchez, reivindicando que durante sus tres años en Ferraz había marcado una «dirección correcta» en el «rumbo» de los socialista al encaminar al partido a «reconciliarse con el votante de izquierdas».