Muchas veces tenemos costumbres poco adecuadas con la tecnología y los electrodomésticos, como por ejemplo apagar el televisor desde la toma de corriente. Sin embargo, si lo hiciéramos de otro modo podríamos alargar la duración de estos o incluso reducir el gasto de la luz.

Es verdad que no hay punto de comparación con lo que consume una lavadora o un horno, pero el móvil es un dispositivo que los usuarios utilizan constantemente y por lo general lo cargan a diario. Seguramente, la mayoría de las personas aprovechan sus horas de descanso para cargar su smartphone, ya que es el momento en el que seguro que no lo necesitan. Esta costumbre, que era desaconsejada por muchos expertos hasta hace poco puede suponer un 10% más de tu gasto anual, según los datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Actualmente la mayoría de los cargadores son inteligentes, lo que significa que cuando la batería está llena dejan de consumir, pero aun así, es preferible desconectarlos por el bien de la batería. Otra mala costumbre que es posible que tengas es dejar el cargador del móvil enchufado todo el día, aunque no estés cargando el móvil. Y es que, si consideramos que un cargador conectado a la red, sin estar vinculado a ningún móvil consume una media de 0,00002 kWh. Y que de media está conectado 16 horas (quitándole las 8 que pasamos durmiendo con el teléfono cargando) gastaremos de media unos 0,12 euros al año.