Una camarera de una franquicia de comida rápida. | Foto de Kampus Production

Luchando por respirar y con las piernas y pies entumecidos, así fue encontrada una empleada de la cadena británica de comida rápida Pret a Manger tras quedarse encerrada en un congelador durante dos horas.

La mujer vestía una camiseta y vaqueros cuando quedó atrapada en el congelador industrial a -18ºC y acabó siendo trasladada al hospital donde la trataron por hipotermia. La investigación policial descubrió que no se había realizado una evaluación de riesgos adecuada, lo que supuso una multa de unos 900.000 euros para la empresa.

«Los escandalosos detalles de este caso demuestran una falta de cuidado y atención debidos. Este incidente demuestra que pasar por alto medidas básicas de seguridad puede tener consecuencias gravísimas», ha denunciado la vicepresidenta y miembro del gabinete de Comunidades, Protección Ciudadana y Concesión de Licencias, Aicha Less, en declaraciones recogidas por La Vanguardia.

En los últimos 19 años la empresa había ecibido varios reportes de empleados con respecto a pulsadores defectuosos o congelados y un caso de otro empleado que se había quedado atrapado en un congelador.