Cámaras de vigilancia. | Joseph Mucira en Pixabay

El reconocimiento facial es uno de los métodos de seguridad que se lleva usando desde hace años para desbloquear teléfonos móviles o incluso en algunas empresas para poder acceder a ellas. Ahora este método ha dado un paso más, ya que el Parlamento Europeo ha aprobado recientemente el proyecto Prüm II, con 451 fotos a favor, 94 en contra y 10 abstenciones.

Este nuevo marco legislativo, según el medio El Economista, regula los datos, huellas dactilares, registros de ADN e imágenes faciales de todas las bases de datos de las distintos cuerpos de seguridad y la Interpol para unificarlos y que todos tengan acceso a ellos. De esta manera se crea una base de datos con millones de rostros de los ciudadanos que sean investigados.

Esta medida permite a los cuerpos oficiales de cada país a colaborar para combatir ciertos crímenes internacionales, ya que, según el mismo medio citado, «alrededor del 70% del crimen organizado de nuestro continente opera en al menos tres países de la UE».

En cuanto a la privacidad de cada uno, la abogada Ella Jakubowska, de la organización EDRi, la normativa puede tener repercusiones en cuanto a derechos de la intimidad, garantías procesales y la presunción de inocencia.

Según la abogada, la Comisión Europea no ha demostrado que esta normativa sea necesaria y que la Unión Europea ha estado en contra, en muchas ocasiones, del uso masivo de la tecnología de reconocimiento facial en los espacios públicos.

Por otra parte, estos sistemas están diseñados para que den resultados que se parezcan a quien se está buscando, por lo que si alguien se parece a un criminal puede hacer saltar las alarmas.