Un ventilador.

El calor ya ha llegado y no son pocos los que recurren al ventilador para poder dormir. Puede ser una solución de urgencia y una alternativa al aire acondicionado, pero los expertos de Sleep Advisor, portal especializado en el sueño, aseguran que hay riesgos para la salud.

El hecho de que el aire esté en movimiento puede provocar reacciones alérgicas, ya que el ventilador extiende el polvo o el polen. Otro aspecto es que las ráfagas de aire secan la piel y las mucosas. Esto puede conllevar dolor de cabeza y congestión nasal. Si la sequedad es extrema, el organismo se compensa con un exceso de mucosidad. Por último, también puede conllevar contracturas musculares porque el flujo constante de aire hace que los músculos se tensen.

Los expertos dicen que para evitar estos posibles problemas, lo ideal es estar bien hidratados, tener purificadores de aire que eviten el polvo en suspensión, situar el ventilador lejos y a una velocidad moderada, ya que lo ideal es dormir a unos 21 grados. Por último, evitar dirigir la corriente a la cara.