Las redes sociales han hecho más fácil la interacción entre personas que no se encuentran en un mismo punto geográfico. A través de su perfil el usuario puede conectar con otros y entablar una nueva relación, ya sea de amistad o romántica, así como mantener el contacto con un familiar, por ejemplo. Las nuevas generaciones han crecido con el nacimiento y evolución de las redes, los más jóvenes han nacido prácticamente con su perfil hecho.

En este sentido, y a pesar de que existen miles de personas que no están conectadas por ninguna de estas redes sociales, es habitual encontrarse con personas que sí estén registradas en ellas. De estas relaciones iniciadas a través de la pantalla han surgido millones parejas e incluso matrimonios, algunos han perdurado en el tiempo y otros no han tenido la misma suerte. Pero no todo lo que han traído consigo las redes sociales es siempre bueno y es que la facilidad con la que el usuario puede entablar una conversación con otra persona, conocida o completa desconocida, ha llevado a muchas personas a cometer una infidelidad o dañar a su pareja sentimental.

Estas carencias en las relaciones y las redes han creado una nueva profesión, al parecer, muy solicitada: probador de fidelidad. Así es, según ha recogido Periodismo, «a principios de este año, los probadores de fidelidad empezaron a ser tendencia en las redes sociales vietnamitas, y hoy una simple búsqueda arroja miles de resultados, tanto de probadores de pago como de los que ofrecen sus servicios gratuitamente. Sólo en Facebook, una plataforma que sigue siendo muy popular en Vietnam, hay cientos de ellos, y más de la mitad prestan el servicio gratuitamente». El servicio básico de un probador de fidelidad se basa en acercarse al objetivo a través de las redes sociales, flirtear con esa persona y descubrir a la pareja del objetivo si la persona ha sucumbido a la tentación o no.

La falta de confianza en la pareja es uno de las mayores barreras que existen en las relaciones, tanto románticas como de otro tipo, y es que si no hay confianza la relación está, probablemente, condenada al fracaso.