Los apasionados por los animales tienen la capacidad de detenerse por completo para auxiliar a cualquier criatura. Seguramente, muchos habrán oído relatos de conocidos que encontraron un gatito abandonado y lo acogieron temporalmente en su hogar, o que se detuvieron en una cuneta para ayudar a un perro solitario a apartarse de la carretera.

Este impulso protector, tan común, fue lo que llevó a una mujer en Gales a rescatar y cuidar durante horas a un supuesto erizo bebé que encontró justo al lado de una carretera. Lo llevó a su casa, pero allí apenas se movía y no hacía sus necesidades, lo que la hizo pensar que estaba enfermo. Después de vigilarlo toda la noche, decidió acudir preocupada a un centro de recuperación de animales.

Según relata ‘The Independent’, la mujer estaba especialmente angustiada porque el erizo apenas se movía y no tocaba la comida para gatos que le había dejado. Sin embargo, el veterinario descubrió la verdad: ¡era un pompón de un gorro de lana!

La mujer había actuado con buena intención, pero no quería estresar al pequeño animal. Así que acudió al centro de fauna salvaje Lower Moss Wood Nature, en Cheshire (Gales), donde la atendió la veterinaria de turno, Janet Kotze. A sus 57 años, la doctora confesó que nunca había vivido una situación igual. Desde la distancia, el pompón parecía un erizo, y la señora, bien hablada y preocupada, creyó estar ayudando a un animal necesitado.