Existen diferentes tipos según sus causas que la provocan. | Pexels - Tima Miroshnichenko

La diabetes es una enfermedad que puede afectar tanto a humanos como a animales, siendo bastante similar. Existen diferentes tipos según las causas que la provocan y sus características. La más habitual en el caso de los perros es la diabetes tipo I, similar a la homónima en humanos, caracterizada porque el páncreas no produce suficiente insulina. Entre los gatos es más común que tengan diabetes tipo II, el problema de estos es que sí producen la insulina necesaria pero no tienen suficiente efecto para controlar la glucosa en la sangre.

Otro factor condicionante es la genética, algunas razas de perro son más propensas a ser diabéticas que otras, es el caso del Samoyedo, Shnauzer miniatura, Caniche miniatura, Terrier tibetano, Labrador, o Terrier australiano. En cambio en los gatos aparece cuando las condiciones de vida no son las adecuadas para el animal o sus hábitos de alimentación son malos.

Lo bueno de la diabetes en animales es que existen tratamientos iguales que en el caso de las personas, pero primero hay que identificar si nuestra mascota sufre de ello. Los signos mas comunes son: beber mucha cantidad de agua, una ingesta por encima de lo normal, orinar con más frecuencia, un aumento del apetito junto a una perdida de peso sin razón aparente, juntamente con mucho cansancio.

Para tratar la enfermedad hay que realizar un tratamiento crónico y un seguimiento continuado del paciente por parte del veterinario. Cada especie debe tener su insulina adecuada y una técnica de control de la glucosa diferente en casa. Van desde tiras de orina a dispositivos de monitorización de la concentración de glucosa. Gracias a todos los tratamientos actuales y a las técnicas avanzadas de control de la enfermedad, es posible mantener una buena calidad de vida para la mascota. Así como acostumbrar al animal a visitar el veterinario nos ayudará a sobrellevar la enfermedad de la mejor forma posible.