Si se quiere abajar un par de kilos tras los excesos veraniegos existe una infusión que es perfecta para tomar después de las comidas.

Gracias a sus grandes propiedades antiinflamatorias, el té de menta es una buena opción para ayudar al organismo a digerir, a regular la acidez y a no inflarnos después de comer.

Además, esta infusión ayuda a bajar la tensión arterial, relaja la musculatura y favorece el estado de ánimo.

Lo ideal es tomarla tres veces al día, tras las comidas principales, ayudará a mantener un vientre plano y ha descansar, gracias a sus propiedades relajantes.

Además, habría que agregar unos 10 minutos de ejercicio leve entre la comida y el sofá. Para potenciar los efectos quemagrasas de esta planta es mejor realizar la infusión con hojas frescas.