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Si usas un lavavajillas en casa, seguro que te has encontrado que las cosas de plástico que pones (fiambreras, boles, vasos y platos infantiles...) no quedan nunca secos, mientras que los enseres de vidrio, cerámica y acero inoxidable sí que quedan muy secos.

Pues no, no haces nada de mal hecho, ni falta sal, ni te has equivocado a la hora de elegir el producto que pones. Sencillamente es así: el plástico no se seca en el lavavajillas.

Vaciar el lavaplatos es sinónimo de gotitas en el suelo de la cocina, sea cual sea el programa que hayas puesto. Es un quebradero de cabeza para los fabricantes. Pero la explicación es de lo más sencilla de entender.

Como leemos en un artículo de la BBC, el plástico es un material mucho menos denso que la cerámica, el vidrio o el metal, de forma que pierde calor muy rápidamente.

"Los enseres de plástico son más ligeros que los de cerámica o acero", explica el ingeniero Roger Kemp. "Reciben el mismo calor, pero no son capaces de almacenarlo". Así, el calor que queda alojado en los platos y vasos que no son de plástico hace que se mantengan muy calientes durante mucho más rato, de forma que hacen evaporar el agua que tienen a la superficie.

El papel de la física

Hay otra fuerza física que entra en juego: la energía superficial. Una gota de agua sobre una superficie de plástico formará una burbujita, mientras que sobre el vidrio –que tiene menos energía superficial– creará una lámina fina, más fácil de evaporar.

El plástico es un material procedente del petróleo, que no se mezcla con el agua porque es hidrófugo. Por eso forma una burbujita que, al ser más gruesa que la capa fina, todavía costa más de evaporar. Y si es un táper viejo con rozaduras y tachaduras del cuchillo, todavía se depositará más agua.