Juanito Serapio nos ha sido arrebatado y sin quererlo nosotros y sin tan siquiera él desearlo.
Siempre fue no tan solo nuestro portero, fue nuestro amigo, la salsa de todas las fiestas.
El Estudiantes era un equipo de fútbol sala, pero con Serapio era mucho más: eran bromas, alegría e innumerables historias.

Lo primero para él era su Mari y sus hijos, pero el fútbol, el deporte en general y sus amigos rebosaban todos los poros de su piel y, en especial, el del Estudiantes Fútbol Sala desde el año 1975.
El Estudiantes estaba formado por amigos, que desde jóvenes jugaban al fútbol en diferentes equipos de Ibiza y en el verano del 75 se juntaron para participar en un torneo de fútbol sala. Desde entonces, el Estudiantes FS y Serapio conformaron un tándem indisoluble.

Futbolísticamente podríamos haberle traspasado por una oferta importante; humanamente no hubiéramos aceptado ni todo el oro del mundo. Ahora lo van a disfrutar y lo van a sufrir en otro lugar, pero a estas horas, ya se ha hecho querer como lo seguimos queriendo nosotros.

Por lo tanto, Serapio siempre está y estará en nuestro equipo titular con el ‘número 1’ a la espalda, parando todo lo que le viene por la portería y devolviendo una sonrisa a todos los que le rodean.
Allí donde esté, cuidadlo, llevadlo a pescar calamares y raons de vez en cuando y comprar una tele muy grande para poder ver todos los partidos de su Barça.

Siempre pendiente de nuestras necesidades y siempre siendo el primero en organizarlas y solucionarlas.

Sus ojos siempre estarán pendientes de todos nosotros, cada día y cada minuto, como lo hacía siempre.

Juanito, te echamos ya en falta entre nosotros, pero siempre vivirás en nuestros corazones.