El escrito de defensa de Iñaki Urdangarin plantea por sorpresa que el juicio del ‘caso Nóos’ se traslade a la Audiencia Nacional y no a la Audiencia Provincial, una petición que se argumenta en el último momento, cuando ha finalizado la instrucción, atendiendo a la naturaleza de los delitos que se le imputan. Lo más llamativo del asunto es que, en los cuatro largos años que ha durado la investigación de la pieza más popular del ‘caso Palma Arena’, los abogados del duque de Palma, encabezados por Mario Pascual Vives, no habían sugerido en ningún momento un conflicto jurisdiccional de estas características. La maniobra del marido de la infanta Cristina cabe interpretarla como un movimiento destinado a buscar refugio en un tribunal alejado de la presión social, consciente del ambiente adverso que rodea el ‘caso Nóos’ en Balears.

Fallecidos responsables. Los argumentos del yerno del Rey para rebajar su responsabilidad penal en el ‘caso Nóos’ incluyen la incorporación de nuevos protagonistas, también fallecidos, como en otras ocasiones. Se trata de atribuir al expresidente del Comité Olímpico Internacional Juan Antonio Samaranch el papel de promotor de los foros del Nóos, otro quiebro para introducir por sorpresa más ingredientes en el ya concurrido ‘caso Nóos’. El recurso está muy manido, pero llama la atención que Urdangarin incorpore en el último acto a Samaranch como escudo judicial, una manera de asegurarse que no habrá réplica a su versión.

Horizonte complicado. Toda la estructura de la defensa de Iñaki Urdangarin destila desesperación ante una acumulación de hechos que invalidan cualquier versión benévola de lo sucedido con Nóos, una trama destinada a esquilmar las arcas públicas con el beneplácito y la colaboración de los responsables institucionales. Pedir un juicio ante la Audiencia Nacional sólo se explica como un último intento para evitar que la indignación ciudadana traspase las paredes de la sala de vistas.