Ha tenido que ser al final de legislatura, pero por fin Eivissa resuelve sus problemas de agua. El Consejo de Ministros autorizó el viernes la construcción de la nueva planta depuradora, una obra que costará más de 40 millones de euros, y que permitirá sustituir la actual instalación obsoleta, que no cubre las necesidades de Vila. Además, también se ha dado luz verde a la construcción del anillo que conectará las desaladoras de la isla, lo que permitirá cubrir las necesidades de forma coordinada y sin que algún municipio se quede sin suministro.

Un problema resuelto. Se le ha criticado mucho durante esta legislatura pero Biel Company, conseller en funciones de Medi Ambient, ha sabido dar los pasos oportunos para que se inicien en Eivissa las inversiones hidráulicas urgentes. Pese a los problemas presupuestarios, Company consiguió un acuerdo por el cual se tenía que construir una nueva planta depuradora en Vila, ya que la que está en funcionamiento ya no cubre las necesidades de la ciudad, especialmente en los meses de máxima afluencia turística. La inversión de algo más de 40 millones de euros refleja que Company ha sabido moverse en los despachos del Ministerio de Medio Ambiente en los últimos meses, si bien, y de forma sorprendente, el alcalde de Sant Josep, Josep Marí ‘Agustinet’, se atribuía parte del éxito a sus gestiones para solventar el problema del agua, unas gestiones realizadas, según él, en los primeros días de su mandato. Hay que ser serios y recordar que Company llevaba muchos meses negociando este acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, que por fin se ha conseguido poner en marcha.

Unir las desaladoras. Tampoco es una cuestión baladí la interconexión de las desaladoras, que permitirá una gestión global del agua en toda Eivissa. Aún así, sería deseable llegar a un acuerdo con la empresa Aqualia para conseguir un pacto amistoso para que pueda utilizarse la desaladora de Santa Eulària, una instalación que lleva mucho tiempo parada, ya que el Ministerio de Medio Ambiente rechaza recepcionar por el incremento del coste final. Si se resuelve este problema, Eivissa tendrá agua asegurada durante mucho tiempo.