El compromiso de implantar una tarifa plana en el precio de los billetes de los vuelos interinsulares, en torno a los 30 euros, sigue muy presente en amplios sectores de la sociedad balear. No en balde, la conectividad aérea, en sus distintas facetas, es una cuestión que figura como prioritaria entre los problemas más importantes de las Islas. Ahora, constituido el nuevo Govern, van conociéndose detalles sobre este proyecto cuya implantación no se antoja sencilla, teniendo en cuenta la cantidad de actores que participan. En todo caso, Balears aporta una fuente de financiación, quizá parcial pero importante: la renuncia a las actuales subvenciones en el descuento de los residentes. La mitad de las tarifas actuales.

Descuentos ineficaces. Cuando se implantó el modelo de los descuentos a los residentes, que ha pasado del 25% inicial al 50% actual –al igual que Canarias–, se consideró adecuado en un marco de precios cerrados y con compañías aéreas de titularidad pública. En las últimas decadas, la libertad de precios ha convertido en ineficaz el descuento, con precios sometidos a la arbitrariedad de una oferta cambiante en función de la demanda. La Oferta de Servicio Público (OSP) en las rutas interislas tampoco ha sido capaz de ofrecer unas tarifas que borren la sensación de que el tráficos aéreo sigue siendo un medio de transporte necesario, pero a unos precios prohibitivos.

La tarifa plana, la solución. Un billete de 30 euros por trayecto en los vuelos interinsulares facilitaría el tráfico entre las Islas, generaría más cohesión social de la Comunitat y con indudables beneficios económicos. Todo indica a que el Govern, en esta ocasión, no quiere que la promesa electoral que lanzó antes de los comicios la actual presidenta Armengol quede en una mera declaración de intenciones. Presentar la solicitud al Gobierno central con el apoyo ciudadano y el aval económico debe ser garantía de éxito.