Muy mal deben de irle las cosas a Francina Armengol para que venda como gran éxito de su gestión en estos primeros cien días la decisión del Ministerio de Medio Ambiente de desbloquear la desaladora de Santa Eulària y las adjudicaciones de las depuradoras de Vila y Santa Eulària. No es para aguarle la fiesta a Armengol, pero todas estas decisiones estaban tomadas la pasada legislatura y las gestiones las hizo el Govern presidido por Bauzá. De ello se informó ampliamente antes de las elecciones y, de hecho, fue el anterior ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, el que envió al Consejo de Estado el acuerdo para asumir el sobrecoste de la desaladora de Santa Eulària .

Contradicciones. En la política es habitual frivolizar, contar medias verdades para obtener un rédito político, pero hay situaciones donde no se puede engañar a los ciudadanos. Las adjudicaciones de las depuradoras de Vila y Santa Eulària estaban previstas para este año, con o sin visita a la ministra García Tejerina. Basta echar un vistazo a las hemerotecas para darse cuenta de que todo el proceso administrativo de ambas plantas se inició antes de acabar la anterior legislatura autonómica, es decir, con el Govern de Bauzá.

Lo positivo. No es la primera vez que Francina Armengol recurre al optimismo desmesurado para vender acuerdos ya cerrados o, como le ocurrió tras entrevistarse con Rajoy, anunciar compromisos donde solo había buena voluntad por ambas partes. Sin embargo, lo realmente positivo de este asunto es que el Ministerio de Medio Ambiente está decidido a resolver el problema de la desaladora de Santa Eulària, cuya construcción se terminó hace años y que sigue parada por culpa de un sobrecoste de 19 millones de euros. Un caso similar es el de la planta de Ciutadella, también con un desvío presupuestario de una cantidad similar a la de Santa Eulària. Cuando se ponga en marcha la desaladora de Santa Eulària, y una vez esté terminado la interconexión de las todas las plantas, podemos decir que los problemas que tiene Eivissa por la falta de agua habrán acabado, al menos teóricamente. Pese a los cambios de signo político en el Govern, el Ministerio de Medio Ambiente mantiene vivos sus compromisos con el anterior gabinete autonómico.