La segunda versión de la ecotasa empezará a tramitarse en el Parlament a partir de mañana lunes. El nuevo impuesto es similar al que fracasó hace ya más de 15 años, pero en esta ocasión se ha generado un debate muy interesante. Las islas quieren recibir la recaudación que les corresponde por su peso en el sector turístico, que Mallorca no tenga privilegios sobre Eivissa o Formentera. El Consell, a través de su vicepresidenta, Viviana de Sans, ha dicho que Eivissa debe presionar en la tramitación parlamentaria para garantizarse, al menos, el 20 por ciento de la recaudación, lo que vendría a ser entre 12 y 16 millones de euros al año.

Presionar. Muchas veces se ha utilizado el victimismo ante Mallorca para tapar fracasos de políticos ibicencos, pero ahora se tiene la oportunidad de cambiar esta dinámica. Eivissa tiene instrumentos para conseguir su objetivo. Los doce diputados ibicencos deben presionar hasta el final para que se garantice el 20 por ciento de la recaudación. No hay excusas que valgan y, si hace falta, deben presionar con sus votos. Sin los doce votos de los diputados de Eivissa la ecotasa no podrá aprobarse. No valdrán ni las excusas ni el victimismo. Los doce votos de Eivissa valen tanto como los votos de doce diputados de Mallorca. Aritmética pura.

Compensación. Al margen de que Eivissa se merece una parte importante del pastel de la ecotasa, no conviene olvidar tampoco el gran peso que ha tenido el sector turístico pitiuso en los últimos años. El sector turístico balear ha presumido de la marca Eivissa, de lo que ha supuesto para la economía balear. Por lo tanto, ahora hay que reivindicar en el Parlament la importancia del turismo ibicenco en el contexto de Balears. Hay que hacerlo con la fuerza de los votos, sin excusas y con espíritu combativo. Esperemos que los diputados ibicencos no vuelvan de esta aventura con las manos vacías.