La decisión del Govern Armengol de dar libertad a los centros en el proceso de enseñanza en lenguas extranjeras, siempre que se respete la normativa y se garantice el mínimo exigido en asignaturas en catalán y el conocimiento del castellano, constituye un evidente paso adelante en el proceso de dotar a los profesores de los instrumentos legales para desarrollar su labor con la mayor eficacia posible. Lo más importante es la calidad de la enseñanza y el futuro de los alumnos.

Consenso. El gran error de José Ramón Bauzá cuando ocupaba la presidencia fue lno consensuar la política educativa. Su normativa de trilingüismo provocó las mayores protestas en materia de educación de la historia del Archipiélago. Aquel conflicto, que derivó en una impresionante manifestación en septiembre de 2013, fue muy importante para que el PP perdiese el poder. Vistos los antecedentes, la iniciativa emprendida ahora por el Ejecutivo Armengol sólo funcionará desde un norte inexcusable: el consenso. La voz de los profesores y de los padres ha de ser escuchada y cada actuación de presente y de futuro ha de partir del entendimiento para la consecución de objetivos que, ante todo, beneficien a los alumnos en un esfuerzo integrador y de mirada hacia el futuro, donde el conocimiento de idiomas extranjeros, especialmente el inglés, será vital.

Avanzar. Al final, el tiempo ha demostrado que el trilingüismo, la mejora de la educación de las lenguas, es un camino imprescindible para la mejora de nuestra sociedad. En Balears, donde el turismo tiene tanto peso económico, no es posible que nuestros alumnos salgan prácticamente analfabetos en lenguas extranjeras cuando acaban su educación obligatoria. Es tiempo de avances, con TIL o sin TIL, y que los profesores, además, hagan un esfuerzo para entender que hay que mejorar la enseñanza de la lengua inglesa. Ese es el objetivo y no puede haber, de nuevo, marcha atrás. Esperemos que el Govern de Armengol haya conseguido la fórmula para conseguirlo.