Era sólo cuestión de tiempo. El incremento espectacular de los alquileres vacacionales en Balears por parte de particulares ha motivado que Hacienda anuncie una campaña de inspecciones para entrar de lleno en una bolsa de fraude fiscal de considerables proporciones. El hecho de que muchas de estas ofertas, especialmente pisos y apartamentos, pero también casas ubicadas en terreno rústico, se anuncien en internet facilita la acción de la Agencia Tributaria. Mientras, el Govern balear no consigue de momento regularizar la situación.

Vista gorda. La problemática del alquiler vacacional, mayoritariamente por semanas o quincenas, viene de lejos. Durante años, desde la Conselleria de Turisme se ha mirado para otro lado mientras se incrementaban estas prácticas en pisos y apartamentos. También numerosos ayuntamientos se han desentendido cuando se multiplicaba la construcción irregular en rústico, incluida la aparición de un gran número de piscinas sin ningún tipo de control. Miles de familias consiguen así ingresos que les han permitido soportar la crisis. En otros casos, ya se trata de actividades comerciales mucho más importantes y organizadas.

Acción del fisco. Esta iniciativa de Hacienda, aparte de entrar de lleno en el submundo de la economía sumergida, puede servir para que el Govern apruebe una normativa y permita la definitiva legalización de estas actividades, que actualmente sólo tienen cobertura legal específica en el caso de viviendas unifamiliares que cuentan con todos los documentos tanto urbanísticos como de habitabilidad. Se trata de una cuestión muy compleja porque no están establecidas las zonas donde se permitirá el alquiler por semanas o quincenas y aquellas donde no se consentirá. Mientras tanto, la Agencia Tributaria ya se mueve para que todos los arrendatarios paguen todos sus impuestos. También está en juego el pago de la ecotasa. El trabajo que aguarda a los inspectores es ingente, ya que se trata de miles de viviendas.