El pasado sábado, delante del reducidísimo público que asistió al Consell a la plaça, la consellera de Transports, Pepa Marí, sugirió una idea que más parecía propia del Día de los Inocentes que una iniciativa seria para afrontar todos los meses durante los cuales se acometan las obras de la carretera entre Santa Eulària y Vila. Marí dijo que se estaba planteando que los dos núcleos urbanos estuviesen unidos a través de embarcaciones para aliviar así la densidad de tráfico de la carretera. O sea, los usuarios habituales de la carretera podrían utilizar barcos para ir de un sitio a otro. Sin duda, una posible solución pero que parece inviable. Días después de lanzar la idea, la propuesta de Pepa Marí solo ha recibido críticas y mofas.

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Otras soluciones. Es evidente que los meses que durarán las obras de la carretera de Santa Eulària serán complicados para la circulación. Si ahora mismo recorrer los 17 kilómetros de distancia ya genera muchas dificultades, todo parece indicar que la situación será complicadísima cuando las máquinas y los trabajadores ocupen una parte del espacio para acometer el desdoblamiento. Sin embargo, hacen falta soluciones realistas, no ocurrencias. Porque parece que el Consell trata el tema de la reforma de la carretera de Santa Eulària sin darse cuenta de las necesidades de los ciudadanos. Ya se perdió demasiado tiempo, esfuerzo y dinero en convocar reuniones y promover votaciones para alimentar las ansias «democráticas» de Viviana de Sans. El fracaso de aquella iniciativa no hace falta recordarlo. Otra ocurrencia que los ciudadanos no comprenden.

Manos a las obras. Que se hagan este tipo de propuestas no benefician para nada al Consell, que además tiene la firme voluntad de reformar la carretera de Santa Eulària. Quizás habría que buscar soluciones imaginativas en transporte terrestre, ampliar considerablemente las frecuencias de los autobuses, aplicar precios populares, pero plantear que los barcos unan los dos núcleos urbanos es realmente una frivolidad que nadie puede tomársela en serio. De hecho, así ha sido.