El Govern inició ayer el proceso para traspasar las competencias en promoción turística a los consells de Mallorca, Menorca y Formentera, que la rechazaron en la legislatura pasada, así como el ajuste de estas competencias a Ibiza, que sí que las aceptó cuando gobernaba Bauzá, pero que al llegar el gobierno de Armengol y Barceló en Turisme se paralizaron para, supuestamente, mejorar la dotación económica. Ahora, cada isla recibe una parte fija de 675.000 euros, que se complementa con una cuota variable en función de las plazas de alojamiento, espacios protegidos y volumen de turistas. En el caso de Mallorca, esta cuota variable es de 3,4 millones, mientras que a Ibiza le corresponderán 1,4 millones, a Menorca 1,1 millones y 750.000 euros a Formentera. Con este sistema, Ibiza recibirá más que Menorca, pero por poco, pese a tener mucho más peso turístico en Balears. El Consell d’Eivissa celebra el acuerdo ya que, según sus cálculos, representa un incremento del 34% respecto al acuerdo de la legislatura anterior. Aún así, el presidente del Consell d’Eivissa y responsable de Turisme, Vicent Torres, reconoce que la financiación debe mejorar más «sobre todo porque el Estado todavía tiene que mejorar la financiación de las comunidades autonómas». Formentera, por su parte, está más que satisfecha con la dotación que recibirá.

Otra versión. El PP, por su parte, recriminó ayer la actitud «servil» de Vicent Torres hacia el «centralismo» de Armengol. En este sentido, recuerdan que con el decreto de la legislatura anterior, la mayor de las Pitiusas estaría recibiendo este año 2.439.675,15 euros y sólo se recibirá 1.675.857 euros. Además, ponen en entredicho la capacidad negociadora del presidente de la máxima institución insular y responsable de Turisme de Ibiza. Para los populares es, sin duda, un paso atrás, igual que ha ocurrido con el reparto de la ecotasa con el que Ibiza recibirá 7,7 millones frente a los 9 de Menorca.

Números a estudio. Las principales patronales turísticas guardan silencio, por el momento, mientras empiezan a estudiar las cifras no sin cierta desconfianza inicial. Y es que si por algo se caracteriza el acuerdo que se hizo público ayer es por plantear cuentas enrevesadas e, incluso, poco claras para el conjunto de la ciudadanía.