Los argumentos de la Audiencia Provincial para reabrir el llamado ‘caso Minerval’ se alejan del núcleo del escándalo que provocó la detención de dos investigadores de la Universitat de les Illes Balears, Vicente Escribá y Xavier Busquets, al admitir sin paliativos que en ningún caso hubo estafa o engaño a los enfermos o familiares cuando se les explicó los efectos del medicamento en fase experimental. La Audiencia quiere indagar ahora los aspectos económicos de este asunto, como son los diferentes precios del principio activo del Minerval –cuando se importaba desde los Estados Unidos o a partir del momento en que se sintetizaba en laboratorios españoles–. También pide que se investigue el destino de las aportaciones a las entidades Fundación Marathon y Begafarma, ambas relacionadas con el principal investigador, Vicente Escribá.

Todos los detalles.
La tesis de la Audiencia Provincial, que trata de mantener cierta equidistancia entre el sobreseimiento y archivo del ‘caso Minerval’ por parte del titular del Juzgado de Instrucción número 9 y la petición de la Fiscalía de llevar a juicio a los catedráticos, se acaba sosteniendo en cuestiones sobre las que, en ningún momento, se habían planteado indicios de delito o comportamiento anómalo. De todos modos, es plausible la intención de aclarar, hasta sus últimas consecuencias, si las cantidades abonadas por el Minerval por medio de la Fundación Marathon y Begafarma se destinaron a los fines previstos.

Excesiva precipitación.
El ‘caso Minerval’ es un ejemplo claro de precipitación de la que se han derivado importantes consecuencias profesionales para todos los implicados y sobre los que la Universitat ha tenido que rectificar en referencia al profesor Busquets, una vez que la Fiscalía no recurrió su exculpación. Ahora queda sólo el profesor Escribá como único investigado. Las eventuales infracciones administrativas que se puedan haber cometido tienen su cauce legal para dirimirse.