La feria turística de Berlín ha servido para confirmar que los principales competidores turísticos de las Pitiusas están despegando tras unos años muy complicados. Las ventas de reservas de Turquía han aumentado hasta un 80 por ciento, y Túnez y Egipto también han comenzado a animarse como destino turístico después de los graves problemas que padecieron por culpa del terrorismo islámico. Ese incremento de ventas hacia los destinos del sur del Mediterráneo tendrá, evidentemente, consecuencias en las Islas. Por ello los hoteleros confían en que el turismo nacional compense la caída prevista para este verano y, sobre todo, para el año 2019.

Morir de éxito.
El sector turístico de las Pitiusas debe evaluar perfectamente la situación de los mercados. Alemania no es precisamente un mercado puntero para Ibiza y Formentera, pero no conviene descuidarlo. Aún así, la feria ITB ha confirmado algo que ya se sabía desde hace semanas: las ventas hacia los destinos del sur del Mediterráneo, que partían de niveles muy bajos, se están disparando, y además a precios muy por debajo de los de Ibiza y Formentera. No sólo el problema son los precios hoteleros, sino también la oferta complementaria.

Racionalizar precios.
El nuevo panorama turístico debería obligar a analizar si los precios que se registran ahora mismo en Ibiza y Formentera deberían revisarse a la baja. Ibiza es un destino turístico puntero en el mundo, sin duda, pero los visitantes empiezan a estar cansados de precios disparatados, muy por encima de lo razonable. Hace tiempo que existe esa sensación también entre los residentes, pero poco se está haciendo. Si además se da la circunstancia de que hay destinos mucho más económicos, las Pitiusas pueden tener un grave problema. Es tiempo de rectificar porque parece improbable que los actuales precios puedan mantenerse durante mucho tiempo. Puede ser una irresponsabilidad.