Lo que se está viviendo en los campos de ses Salines, en pleno parque natural, es dantesco. El informe del biólogo Bartolomé Planas Marí es demoledor y alerta de que en la zona hay un «grave problema crónico de salud pública, de grave contaminación de recursos naturales y de posible efecto nocivo para la fauna protegida de un espacio natural» producido por los continuos vertidos de residuos fecales que tienen lugar desde hace años. Este documento, elaborado con los datos de las catas de agua y tierra afectadas por los vertidos de finales de agosto, revela, además, que los pozos de la zona están contaminados, por lo que no son aptos para consumo humano y este agua no se puede usar ni para beber ni para higiene personal ni baño. En otras palabras, existe un peligro real de contaminación para las personas.

Flora y fauna.
El documento, además, revela que esta contaminación crónica de ses Salines ha recalado en los estanques de Sal Rossa y está afectando al ecosistema acuático y, especialmente, a las aves. Cabe recordar que es una zona protegida con las categorías de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Conservación para las Aves (ZEPA). No se trata de un problema menor, como parece que están intentando hacer ver a la vista de sus actuaciones y declaraciones públicas tanto el Govern como el Ayuntamiento de Sant Josep. Hay que añadir que estamos hablando de una superficie afectada de 475.000 metros cuadrados.

Respuestas.
El Consistorio es la Administración más cercana a los ciudadanos, por lo que siempre suele ser a quien primero se recurre para buscar respuestas y exigir soluciones. Los propietarios de estas fincas llevan años explicando este problema al Ayuntamiento de Sant Josep, que se muestra impasible ante estos graves hechos y descarga todas las responsabilidades al Govern. Sant Josep debe responder a los propietarios de estos campos afectados, que son sus vecinos, pero sobre todo debe buscar soluciones a esta grave contaminación crónica que está sufriendo la zona. El Govern también debe responder ya que se trata de un espacio protegido en el que están en peligro la salud de las personas, de la flora y la fauna. De nada sirve que Govern y Ayuntamiento se culpen mutuamente porque el juego del ‘y tú más’ no resolverá esta contaminación crónica.