Unidas Podemos, formación que concurre a las elecciones junto a Esquerra Unida, presentó su candidatura que encabeza la secretaria general de la formación morada en Ibiza y vicepresidenta del Consell d’Eivissa, Viviana de Sans. Con el mismo lema electoral que en el resto de Balears, ‘La vida en el centro’, cuyo significado resulta un tanto extraño para una formación que presume de estar a la izquierda del PSOE, explicaron que centrarán su trabajo en tres ejes fundamentales: vivienda, transportes y agua. Y se fijaron como objetivo entrar en el Govern de les Illes Balears y también en el del Consell d’Eivissa, por lo que aunque salen a ganar, no descartaron volver a pactar con el PSOE como ha sucedido en Ibiza en la legislatura que termina.

Problema agravado.
La formación morada presume de haber llevado a cabo una gestión positiva para la ciudadanía en las áreas bajo su responsabilidad, pero el resultado exhibido deja mucho que desear en las materias que ahora, además, se fijan como ejes fundamentales, quizás por lo poco que se ha avanzado en los últimos cuatro años. En vivienda, la consellera insular del ramo ha sido la ahora candidata De Sans. Los resultados están a la vista de todos los ciudadanos y solo pueden calificarse de decepcionantes. La problemática de la vivienda en Ibiza no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado notablemente. Y en materia de transportes, se saca pecho de la gratuidad total de los autobuses para los menores de 18 años, algo que con dinero en las arcas públicas cualquiera podría hacer. Pero pocas mejoras más. Ni siquiera se han sacado a concurso las líneas de autobuses, que han sido prorrogadas.

Hechos, no palabras.
La caída de votos de Podem Eivissa en las últimas elecciones generales con respecto a las generales de 2016 es sintomática de la negativa percepción de los ciudadanos de la gestión desarrollada en el Consell d’Eivissa. Naturalmente, la campaña electoral está para intentar convencer a los electores, pero parece evidente que los resultados de su acción de gobierno no son para estar satisfechos. Una cosa son los discursos y otra muy distinta, los hechos.